Este miércoles, Octavio Romero, director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), afirmó que el petróleo encontrado en las playas de la costa del Golfo de México no proviene del derrame de mil 350 barriles causado por una fuga en un oleoducto, sino que se debe a una filtración natural proveniente de los respiraderos del fondo marino.
La fuga en un antiguo oleoducto submarino ocurrió a principios de julio y se prolongó durante 18 días debido a la falta de herramientas adecuadas para su reparación. Esta tubería, ubicada frente a las costas del estado de Campeche, en el sur del país, finalmente fue reparada la semana pasada.
Romero explicó que el tipo de crudo ligero derramado desde el yacimiento Ek-Balam durante la primera quincena de julio no podría haber formado los gruesos grumos alquitranados encontrados en las playas de Tabasco y Tamaulipas, en la costa del Golfo de México.
En el Golfo de México, es común que ocurran filtraciones submarinas naturales de yacimientos petrolíferos, estimándose que aproximadamente 380 barriles diarios se filtran de forma natural. Sin embargo, no se ha explicado por qué el petróleo empezó a aparecer en mayor cantidad en las playas después del derrame.
El director de Pemex denunció que los medios de comunicación locales han distorsionado las noticias y han ofrecido una cobertura desproporcionada del derrame.
Este incidente representa el segundo accidente en las instalaciones marítimas de Pemex en el Golfo de México en lo que va del mes. El 7 de julio, una explosión e incendio devastaron una plataforma marítima, resultando en la muerte de dos trabajadores, ocho heridos y un empleado aún desaparecido. Los afectados eran empleados de un subcontratista y de la empresa petrolera.
Las autoridades continúan investigando las causas de ambos eventos y tomando medidas para evitar futuros incidentes que puedan afectar el ecosistema marino y las costas del Golfo de México.