Mariela Gutiérrez, la alcaldesa de Tecámac en el Estado de México, recibió al presidente Andrés Manuel López Obrador para abordar principalmente los Programas para el Bienestar. Durante su encuentro, al saludarlo, la funcionaria optó por darle un beso en la mano al mandatario.
Al inicio del evento, al presentar a las personas presentes, la alcaldesa se acercó para abrazar al presidente. En ese momento, se les vio tomados de la mano mientras se levantaban juntos, y antes de que se retirara del lugar, Gutiérrez se despidió con un beso en la mano.
La alcaldesa compartió una fotografía junto a AMLO y Delfina Gómez, la gobernadora del Estado de México, esa misma tarde y expresó su entusiasmo por esta visita.
“Fue mucha la emoción al recibir por primera ocasión al Presidente que más ha hecho por nuestro municipio y por nuestra región”, dijo.
Al respecto de esta expresión de afecto, Mariela Gutiérrez reprochó en un breve video publicado en sus redes sociales que esto haya causado tanto revuelo y consideró que incluso hubo algunos comentarios clasistas al respecto
“Eso es una costumbre natural en nuestro país, se le demuestra a quien se quiere mucho, a quien se respeta, a quien consideramos una autoridad. Para mí, eso es nuestro presidente, yo he luchado con él durante 20 años (...) Le estoy profundamente agradecida por todo lo que nos ha ayudado a nuestro querido Tecámac”, apuntó la alcaldesa.
También explicó que ha leído comentarios sobre que este tipo de expresiones son de sumisión o de culto a una personalidad.
“No tiene nada que ver con eso, y si me preguntan si lo volvería a hacer, sí, porque el señor presidente es una persona a la que yo respeto”, afirmó.
Los besos en la mano suelen ser ofrecidos a personas de alta autoridad, sobre todo religiosa, por ejemplo a un Papa, o a otros líderes religiosos, como muestra de respeto. En las familias mexicanas, este es un gesto que se da a una persona muy querida y de mayor edad, por ejemplo a abuelas y abuelos.