El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha calificado como un "golpe de Estado" la posibilidad de que el gobernador electo de Nuevo León, Samuel García, no pueda regresar a su cargo tras su elección democrática.
“Son capaces hasta de dar un golpe de Estado porque eso sería una destitución a alguien que fue electo democráticamente”, declaró este lunes durante su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional.
Asimismo, pidió a la Corte a tomar una decisión definitiva al respecto: "Si no lo dejan regresar, que la Corte diga que ya está destituido".
El mandatario acusó a quienes insisten en que Luis Enrique Orozco Suárez, designado por el Congreso, asuma como gobernador interino, de llevar a cabo una "represalia" contra Samuel García.
“Ya regresó y de todas maneras lo quieren quitar, es una represalia, o están forzando a dejarlo en el cargo a cambio de ¿qué?”, señaló
En relación con las acusaciones de Samuel García contra líderes locales del PRI y el PAN, el presidente sugirió que legisladores de oposición le solicitaron un "soborno" a cambio de la aprobación del presupuesto estatal.
“Sin duda le condicionaron la aprobación del presupuesto a que tenía que dar un soborno”, dijo.
López Obrador caracterizó la controversia en Nuevo León como un asunto "politiquero" impulsado por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), con miras a las próximas elecciones.
Argumentó que estos partidos se oponían a la candidatura de Samuel García a la presidencia porque "les dividía las simpatías de las clases medias". El mandatario subrayó que el contexto de esta disputa está relacionado con las elecciones de junio del próximo año.
A pesar de su posición neutral en esta disputa, el mandatario respaldó la labor de Samuel García como gobernador en Nuevo León, destacando la colaboración fructífera que han tenido en diversas acciones, incluyendo la gestión del desabasto de agua en la región.