En el marco de la conmemoración del 117 aniversario de la histórica huelga de Río Blanco, Veracruz, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reveló sus planes de presentar dos significativas iniciativas de reforma constitucional antes de que concluya su mandato.
La primera propuesta tiene como objetivo fundamental asegurar que el salario mínimo experimente incrementos que superen siempre la tasa de inflación. López Obrador destacó la importancia de asegurar que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo debido a incrementos salariales insuficientes.
“Nunca más va a aumentar el salario menos que la inflación. Nunca más”, afirmó el presidente, subrayando su compromiso con el bienestar económico de la clase trabajadora.
La segunda iniciativa apunta a revisar la contrarreforma de pensiones implementada en 1995 durante el gobierno de Ernesto Zedillo. López Obrador catalogó este sistema como "inhumano e injusto", ya que impide que los trabajadores reciban su salario completo después de tres décadas de servicio, limitándolos a recibir solo la mitad en el mejor de los casos.
Durante su discurso, el presidente destacó la necesidad imperante de revertir esta legislación antiobrerista y contraproducente para los intereses de los trabajadores.
El compromiso de modificar este sistema, según López Obrador, se fundamenta en su visión de justicia social y equidad para los trabajadores mexicanos. El presidente se comprometió a cambiar un sistema que considera ha afectado negativamente a los pensionados, generando pérdida de poder adquisitivo a lo largo de los años.
Al rendir homenaje a los mártires que lucharon en la huelga de Río Blanco por mejores salarios y condiciones laborales, López Obrador reafirmó su compromiso de continuar con políticas que beneficien a la clase trabajadora y reduzcan las desigualdades en el país.