Autoridades estatales de Nuevo León clausuraron la Refinería Héctor Lara en Cadereyta, tras múltiples denuncias por emisiones contaminantes, sin embargo, una fuente de la empresa dijo que la planta seguía operando.
El gobierno estatal emitió la demanda a la refinería en enero, señalando la necesidad de disminuir las emisiones contaminantes que afectan a la población.
La planta, con una capacidad de procesamiento de 275 mil barriles por día, operó el año pasado a un 43% de su capacidad, con un procesamiento promedio de 118 mil bpd.
“Ante la negativa de la refinería de Cadereyta de colaborar y recibir al equipo de la Secretaría de Medio Ambiente, y debido a la ostensible y notoria emisión de contaminantes a la atmósfera, que afecta a la población, y conforme a la suspensión, esta mañana quedó clausurada la refinería”, dijo el gobierno de Nuevo León.
Funcionarios estatales planeaban realizar una inspección en la planta de Pemex, que ha alegado haber invertido miles de millones de dólares en la rehabilitación de sus refinerías.
Sin embargo, fuentes de la petrolera indican que, a pesar de la "clausura", Cadereyta sigue operando "amparada" contra cualquier acto de autoridad.
A principios de febrero, la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) anunció una revisión de las quejas sobre las emisiones de Cadereyta.
En tanto, miles de habitantes de Monterrey protestaron el 28 de enero exigiendo el cierre de la refinería de Pemex en Cadereyta, responsabilizándola del 90% de las emisiones de dióxido de azufre en la ciudad, que la mantienen entre las más contaminadas del continente.