Un brote de virus Coxsackie ha generado preocupación en un municipio de Hidalgo. Los primeros casos surgieron en el Centro de Atención Infantil Apan, lo que llevó a las autoridades a tomar medidas rápidas y suspender las clases por dos semanas para proteger a los menores.
El virus Coxsackie, conocido por causar fiebre, salpullido y dolores de cabeza intensos, se manifiesta principalmente en las manos, pies y boca, de ahí su nombre popular "mano-pie-boca".
Tras identificar seis casos en el CAI Apan, se realizó una desinfección completa de la institución. Sin embargo, se insta a las familias a estar alerta por posibles contagios, ya que este virus afecta principalmente a niños menores de 5 años.
El brote se detectó gracias a padres que informaron a las autoridades sanitarias locales. Hasta el 29 de abril, se confirmaron siete casos y tres sospechosos en la misma escuela, según información oficial del gobierno municipal de Apan.
El virus se transmite por contacto directo o con superficies contaminadas. No hay un tratamiento específico, solo alivio de síntomas hasta su desaparición.
¿Cómo detectar el virus coxsackie?
Se debe estar atento a varios síntomas característicos, entre los que destacan:
Fiebre: Es común que los niños presenten fiebre alta al inicio de la infección.
Llagas en la boca: Pueden desarrollar llagas dolorosas en la boca, encías y garganta, lo que a menudo dificulta la alimentación.
Erupción cutánea: Se observa una erupción distintiva, principalmente en las palmas de las manos, plantas de los pies y, en ocasiones, en los glúteos. La erupción puede presentarse como puntos rojos, ampollas o lesiones planas.
Malestar general y síntomas de resfriado: Los niños afectados pueden mostrar signos de irritabilidad, pérdida de apetito y síntomas similares a los del resfriado, como dolor de garganta y tos.
Ante sospechas, se debe buscar atención médica para un diagnóstico preciso y el manejo adecuado de síntomas.
Además, se recomienda medidas preventivas como lavado de manos frecuente, evitar contacto con infectados, limpieza de superficies y evitar la convivencia prolongada entre niños sanos y posiblemente infectados.
Aunque la mayoría de los casos son leves, variantes más severas pueden causar complicaciones como miocarditis o meningitis viral.