En noviembre de 2006, Lázaro Cárdenas Batel, entonces gobernador de Michoacán, pidió al presidente Felipe Calderón aumentar la seguridad en el estado ante el avance del crimen organizado, marcando el inicio de la guerra contra el narcotráfico.
Este jueves, Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa, ha anunciado que Cárdenas Batel será el encargado de la Oficina de la Presidencia en su próximo gobierno.
La emblemática imagen de 2006, donde Cárdenas Batel caminaba junto a Calderón, ambos rodeados de militares, simbolizó el inicio de una estrategia de seguridad que, aunque ambiciosa, resultó en una sangrienta lucha contra el narcotráfico.
Felipe Calderón, apenas un mes en el cargo, fue el primer presidente civil en usar el uniforme militar con cinco estrellas, acompañado por figuras clave como el general Guillermo Galván, secretario de la Defensa Nacional, y altos mandos de la Armada y la Policía.
Antes de esa histórica fotografía, seis elementos de la Procuraduría de Michoacán fueron emboscados y ejecutados, lo que subrayó la urgente necesidad de un cambio en la estrategia de seguridad. Cárdenas Batel, gobernador desde 2002, solicitó un "giro en la política contra la delincuencia organizada" que hasta entonces había implementado el gobierno de Vicente Fox.
"La situación de las ejecuciones se ha tornado compleja, difícil y en un problema de enorme magnitud. el problema del narcotráfico, aunque no es exclusivo de Michoacán, es algo muy grave, es un tema que se ha estado abordando con los gobernadores de otros estados y se tiene confianza en que el gobierno federal brinde mayor apoyo", remataba Batel.
Calderón respondió enviando 7,000 soldados a Michoacán y anunció el despliegue de 3,300 soldados y policías federales en Tijuana para combatir a los narcotraficantes.
La petición del entonces gobernador michoacano, y quien será el encargado de la antesala presidencial en el futuro gobierno de la primera mujer presidenta de México, se convirtió en un baño de sangre, los informes coindicen en que la denominada guerra contra el narcotráfico, que inició en Michoacán dejó un saldo de alrededor de 121 mil personas muertas, entre ejecuciones, enfrentamientos entre bandas rivales y agresiones.
"Nosotros hemos insistido y esperamos que se pueda convertir en realidad", pedía Cárdenas Batel, antes del inicio del Operativo Michoacán, antes de que los asesinatos y descuartizados cubrieran el país.