Las amenazas de aranceles por parte de Donald Trump han encendido las alarmas en la industria tequilera mexicana, un sector cuya economía depende en gran medida del mercado estadounidense. La incertidumbre generada ha impactado tanto la planificación como las ventas, obligando a productores a tomar medidas preventivas.
Empresas como Camarena Tequila han experimentado una caída del 20% en sus ventas durante el primer semestre del año, debido a la falta de compromisos por parte de los clientes y el encarecimiento del almacenamiento de inventarios. Luis Fernando Camarena, representante de la séptima generación de la familia tequilera, advierte que el constante retraso en la implementación de los aranceles podría ser más perjudicial que las tarifas mismas.
Según datos del regulador del sector, en enero de este año se exportaron 32 millones de litros de tequila a EE.UU., lo que representó un aumento del 35% en comparación con el año anterior. Sin embargo, este repunte se debe a que muchos compradores adelantaron sus pedidos ante el temor de la entrada en vigor de los aranceles. Empresas como Becle SAB, productora de José Cuervo, han alertado sobre un posible impacto de hasta 80 millones de dólares en caso de que se apliquen las tarifas.
El tequila ha sido un producto exclusivo de México desde que la Unión Europea le concedió la denominación de origen en los años 90. Sin embargo, la fuerte dependencia del mercado estadounidense lo convierte en un sector vulnerable ante las decisiones políticas de Washington. Actualmente, más del 80% de la producción mexicana cruza la frontera norte, lo que convierte cualquier medida comercial en un factor de alto impacto para la industria.
A pesar de la incertidumbre, los tequileros están adoptando estrategias para mitigar los efectos de los posibles aranceles. Empresas han comenzado a almacenar inventarios en EE.UU. y han explorado la opción de embotellar su producto en el país vecino para reducir costos. Sin embargo, según el analista Roberto Solano de Monex, estas soluciones podrían no ser sostenibles a largo plazo si los aranceles persisten.
Otros sectores de la industria de bebidas también enfrentan riesgos. La cerveza, aunque más estable, podría verse afectada por gravámenes en materiales de envasado como el aluminio. Mientras tanto, la emergente industria vinícola mexicana, que había comenzado a atraer la atención del mercado extranjero, ahora enfrenta obstáculos para su expansión en el norte.
Salvador Rosales, nieto del fundador de Tequila Cascahuín, señaló que la falta de claridad en las políticas arancelarias ha complicado la planificación empresarial.
"No sabemos si invertir en marketing o contratar más vendedores en EE.UU. porque no hay certeza sobre el futuro del mercado", explicó.
Además, los retrasos en los pagos por parte de distribuidores estadounidenses han generado aún más preocupación en el sector.
Según los expertos, la mejor estrategia para los tequileros será diversificar sus mercados y buscar nuevas oportunidades en otros países. Sin embargo, a corto plazo, la solución más viable será trasladar parte del costo de los aranceles a los consumidores.
El impacto de las medidas comerciales de EE.UU. seguirá siendo un tema de preocupación para la industria tequilera en los próximos meses, con fabricantes atentos a las decisiones que se tomen en Washington y su posible repercusión en el sector.