El Senado aprobó una reforma constitucional que establece que en territorio nacional únicamente se podrá sembrar maíz nativo, prohibiendo el cultivo de maíz transgénico.
Con 88 votos a favor de Morena, PT, PVEM y PRI, y 17 en contra del PAN y Movimiento Ciudadano, se avaló la modificación a los artículos 4 y 27 de la Constitución. Tras su aprobación en el Senado, el dictamen fue enviado a los congresos estatales para su validación.
Durante la discusión, el senador panista Ricardo Anaya criticó la reforma, señalando que la protección del maíz nativo ya está contemplada en la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo.
También destacó que la ciencia ha permitido desarrollar variedades de maíz resistentes a condiciones extremas, con menor necesidad de agua y fertilizantes.
Anaya calificó la reforma como una "aberración", argumentando que permite la importación de maíz amarillo para consumo animal, pero prohíbe su siembra en México. Agregó que muchos productos en el país contienen maíz transgénico importado de Estados Unidos.
En respuesta, el senador de Morena, Manuel Huerta, acusó a Anaya de defender intereses de empresas transnacionales de transgénicos, acusación que el panista rechazó.
Por su parte Anaya mencionó que quienes pretenden prohibir lo transgénico, porque supuestamente da cáncer, también deben de preocuparse porque la vacuna contra el Covid-19, la insulina para personas diabéticas y las hormonas de crecimiento, ya que también son transgénicos.
Además, Anaya citó el libro Los Transgénicos, escrito por Víctor Villalobos, exsecretario de Agricultura en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, para argumentar que no existen pruebas de que el maíz modificado genéticamente cause cáncer.
El debate también incluyó un intercambio entre los senadores Miguel Márquez (PAN) y Félix Salgado Macedonio (Morena). Márquez afirmó que tiene experiencia en el campo, mientras que Salgado Macedonio, ingeniero agrónomo, lo retó a demostrar sus habilidades en actividades agrícolas como manejar un tractor y ordeñar vacas.
La reforma reconoce al maíz como un símbolo de identidad nacional y ordena que su cultivo se mantenga libre de transgénicos. Asimismo, establece que el Estado promoverá el uso adecuado de la tierra sin permitir la siembra de semillas transgénicas.