Un “tweet” –no sabemos si fue escrito y enviado como oración, plegaria, deseo, lambisconería, apuesta, reto, por si acaso, con albur, con destinatario, por molestar, por desinformar, a ver si pega, con ilusión o por engaño-- generado por Otilio Rivera “confirmó” la candidatura priista a favor de Amado Orihuela. Cualquiera de las anteriores consideraciones que haya dado origen al envío flaco favor le hizo a su favorito.
No fue difícil desmentir lo que el político, transformado en “reportero”, mal informó.
Carlos Félix Gaxiola, Jesús Castillo y quien esto escribe entramos en una agradable charla nocturna por la vía digital, sin augurios, simplemente a la espera de la información. El reto: por supuesto la primicia. Sea en redes sociales o en radio, que son los que permiten en estas circunstancias “llevarse la nota”. Pero de ahí a ganar una mentira, ¡cuidado!
Pero más delicado es, aunque la decisión sea a favor de Amado Orihuela, que mordamos el anzuelo quienes nos dedicamos a la delicada tarea de informar. La velocidad y la oportunidad que nos otorgan el internet y los medios portátiles no son pretexto para no verificar la información.
Ya estamos acostumbrados a que se nos engañe con la muerte de Fidel Castro; acaba de volverse a tocar el tema y algunos cayeron. Recientemente la cuenta del colega Joaquín López Dóriga fue utilizada por terceros y no pocos quedaron sorprendidos por lo allí divulgado.
La muerte del papa Juan Pablo II fue otra experiencia que no debe repetirse. Lo mataron unos y otros cuando el hombre luchaba por sobrevivir. Pésames, muestras de dolor, de todo hubo en esos momentos. Todo mentira; el Papa murió y lo hizo oficial el Vaticano.
Las redes sociales son una herramienta increíble y en especial Twitter es un elemento para el ejercicio periodístico ya elemental. Pero no sustituye jamás la confirmación de lo allí publicado; lo inconcebible es que un envío de Otilio Rivera haya gozado de credibilidad y ni siquiera mereció la verificación.
A él no lo podemos criticar; ahí está su corazón y su apuesta. Nosotros en autocrítica debemos aprender de esta experiencia; la fuente, por respetable que sea, debe ser consultada o en su caso lograr la confirmación.
Las reuniones siguen. Si no hay una resolución oficial, seguramente este fin de semana lloverán mensajes que desorientarán. Nos toparemos con émulos de Otilio Rivera pero seguramente ya nadie caerá en engaños.
Si se resuelve la candidatura, no está por demás esta entrega. Manuel, Amado, Guillermo u otro de los 677 apuntados puede ser; lo que ha afectado es esa práctica antidemocrática priista de toda la vida, bautizada como “candidato de unidad” que no es otra cosa que el impulso del agraciado con la amistad de quien en el momento decide.
El PRI en Morelos tiene amplias posibilidades de triunfo, casi una garantía; sin embargo, el abanderado es pieza fundamental en el ejercicio. En la contienda constitucional manda el voto y no la decisión de líderes o gobernantes. Por eso, al igual en el PRD y PAN, una mala decisión, o mejor dicho, una imposición a capricho, sería fulminante para la derrota.
Al aire
De haber candidato del PRI, lograremos la charla tempranera.
Nos visitará en cabina la directora del Centro Morelense de las Artes del Estado, Leonor Orduña.
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