“El temor a sufrir tortura es especialmente elevado en América Latina, donde se han expresado altos niveles de preocupación en referencia a México, Brasil, Argentina y Perú”, advierte Erika Guevara Rosas, directora del Programa para América Latina de Amnistía Internacional (AI).
“Si la mitad de tu población vive con temor a ser torturada si es puesta bajo custodia, es hora de emprender acciones enérgicas para erradicar ese temor”, agrega Guevara Rosas, en el marco del lanzamiento de la campaña global Stop Tortura, de AI. La campaña tendrá una duración de dos años y se ha lanzado junto con un nuevo informe, titulado La tortura en 2014: 30 años de promesas incumplidas, que ofrece una perspectiva general del uso de la tortura en el mundo hoy día.
Guevara Rosas dice que “la tortura se sigue utilizando como forma de castigo contra reclusos o para obtener confesiones de presuntos delincuentes. Tanto la tortura como los malos tratos son utilizados para controlar y castigar las manifestaciones públicas en lugares como Brasil, México y Venezuela”.
De acuerdo con AI, “la tortura está presente en las prisiones y los centros de detención de América. En muchos países, las personas detenidas son sometidas a palizas, descargas eléctricas, abusos sexuales y negación del acceso a la atención médica. Las condiciones pésimas de reclusión –incluido el hacinamiento severo– son práctica habitual”.
Una encuesta mundial encargada a Globescan junto con el informe para el lanzamiento de la campaña de AI ha revelado que casi la mitad (el 44%) de las personas encuestadas —de 21 países de todos los continentes— temen correr peligro de ser torturadas si son puestas bajo custodia en su país. En Brasil, el 80% de las personas encuestadas temen ser torturadas si son puestas bajo custodia, y en México ese temor es manifestado por el 64%: las cifras más altas de todos los países en los que se ha realizado la encuesta. Incluso en Estados Unidos, el 32% temen sufrir tortura, y el 21 por ciento lo temen en Canadá.
En lo que respecta a México, los informes de tortura han ido en aumento a medida que se ha intensificado la espiral de violencia a consecuencia de la lucha iniciada en 2006 por el gobierno contra la delincuencia organizada. Muchas detenciones se practican sin orden judicial y, con demasiada frecuencia, se detiene sin pruebas a personas pertenecientes a comunidades pobres y marginadas. Estas personas carecen de recursos para acceder a asistencia letrada efectiva, lo que acrecienta su riesgo de sufrir tortura y otros malos tratos.
Treinta años después de que la ONU adoptara, en 1984, la Convención contra la Tortura, Amnistía Internacional ha observado que las autoridades de al menos 12 países de América siguen torturando. Dado el carácter secreto de este tipo de abusos, es probable que la cifra real sea más alta.
Fuente: animalpolitico