El estudio del ADN mitocondrial del esqueleto ha ayudado a poner fecha a los restos, de hace entre 12.000 y 13.000 años. Los resultados de la investigación, publicados ahora en la revistaScience, servirán para conocer cómo fueron los primeros pobladores del continente Americano y su relación con los indígenas contemporáneos.
Los investigadores, un equipo de buceadores profesionales, palentólogos y arqueólogos, encontraron el esqueleto en una cueva inundada del estado mexicano de Quintana Roo, a 40 metros de profundidad. Estaba en una espectacular bóveda sumergida, separada del resto de la cueva por varios túneles y conductos, una cueva "oculta y sellada por el agua por al menos los últimos 8.000 años", aseguran los científicos. Debajo, el aspecto de la cueva donde encontraron los restos:
Según Pilar Luna, directora de arqueología subacuática del INAH, "el descubrimiento es extremadamente significativo. No solo echa luz sobre los orígenes de los modernos americanos, demuestra el potencial paleontológico de la península de Yucatán".
Los análisis del esqueleto (mediante ADN mitocondrial, Carbono 14 y Uranio/Torio) han determinado que se trata de una joven de 15-16 años de edad que se cayó en un hoyo, inundado luego tras la última glaciación hace 10.000 años. Revelan también que su origen es asiático (Beringio), identificado con las migraciones que llegaron a América desde Siberia.
Además del esqueleto, se han descubierto en la misma cueva restos de 26 mamíferos correspondientes a once especies del Pleistoceno Tardío. Debajo puedes ver un vídeo publicado por el INAH sobre el descubrimiento, e increíbles fotos adicionales. [vía INAH y BBC Mundo]
Foto apertura: Paul Nicklen, National Geographic / Resto de fotos: INAH
Fuente: gizmodo