Entre el pueblo seri, de la costa sonorense y el lacandón, que habita la selva chiapaneca, existe más diversidad genética que entre europeos y chinos, reveló un nuevo estudio sobre la diversidad genética de las poblaciones en México. Se trata del análisis más detallado y ambicioso del genoma mexicano a la fecha, liderado por los doctores Bustamante y Moreno-Estrada del Departamento de Genética de la Universidad de Stanford en Estados Unidos.
Con la colaboración de otros 38 científicos de 16 instituciones académicas, los genetistas analizaron la variación genética de más de mil individuos (511 pertenecientes a 20 poblaciones indígenas) y 11 poblaciones mestizas de México y encontraron que existe gran divergencia genética entre distintos grupos, por ejemplo, entre los huicholes y los tojolabales.
Este aislamiento, explica la investigación, publicada en la revista de divulgación científica Science, apunta a que estos grupos se procrearon entre ellos mismos en lugar de unos con otros, preservando así, en gran parte, su “pureza genética”.
Para visualizarlo, los genetistas crearon la siguiente gráfica de parentescos. En ella se pueden apreciar los distintos grupos indígenas incluidos en el estudio. Entre más compacto sea la superficie del conglomerado de un color, mayor parentesco entre la población y menos intercambio con otros grupos.
The genetics of Mexico recapitulatesNative American substructure andaffects biomedical traits. Sciencemag.
En la gráfica también se pueden apreciar líneas de migración, como por ejemplo, una que conecta a los mayas de Yucatán con los totonacas, cuyos ancestros habitaban la zona del Tajín en Veracruz. La línea sugiere que hubo un “flujo genético” entre ambas regiones. “De hecho, el único lugar en el país donde se habla maya fuera del territorio maya es en la Huasteca”, afirma la investigación.
En contraste, casi no se encontró el componente maya en las poblaciones nativas oaxaqueñas (triqui y zapoteca), lo que sugiere que las barreras naturales (montañas) han actuado como una barrera geográfica para el flujo genético.
Pero el análisis no sólo descifró la diversidad genética de las poblaciones indígenas, sino que también descifró el nivel de mestizaje del mexicano y del indígena proveniente de Europa y África. Para ello, combinó datos de poblaciones “continentales” (16 poblaciones europeas y 50 yorubas africanas) con 500 individuos mestizos provenientes de 11 estados de la República.
Los resultados fueron detallados en 2 niveles.
El primero revela la ascendencia en 3 conjuntos: Indígena o nativo (gris), europeo (rojo) y africano (verde).
The genetics of Mexico recapitulatesNative American substructure andaffects biomedical traits. Sciencemag.
El segundo nivel revela aún más detalle, descomponiendo la ascendencia indígena en 6 conjuntos que se representan en la siguiente gráfica de Norte a Sur de la República: el seri (azul oscuro); un conjunto “norteño” conformado por Tarahumaras, tepehuanos y huicholes (en azul claro); triquis, zapotecos y mazatecos (azul); tojolabal (café); un componente maya (naranjas) y por último el lacandón (amarillo).
The genetics of Mexico recapitulatesNative American substructure andaffects biomedical traits. Sciencemag.
Los hallazgos son relevantes tanto a nivel biomédico como al antropológico, cuentan sus autores. Podrían implementarse en el tratamiento clínico de enfermedades pulmonares, enfermedades crónicas o infecciosas de poblaciones específicas.
Un resultado que podría tener distintas implicaciones es que entre el 9.5 y 18.8 del genoma indígena no se encuentra en el genoma mestizo, lo que significaría, por ejemplo, que una vacuna que sirve para la población mestiza no necesariamente serviría para una población indígena específica.
El proyecto contó con la colaboración de la Universidad de California San Francisco, la University College en Londres, el Brooklyn Hospital Center, el Veterans Caribbean Health Care System, Puerto Rico, el Centro de Neumología Pediátrica de Puerto Rico, La Agencia Internacional de Investigación de Cáncer en Francia, los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el Instituto Nacional de Medicina Genómica de México, Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Universidad de Guadalajara, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), el Hospital Infantil de México Federico Gomez y la Facultad de Química, UNAM.
FUENTE: Animal Político