Mientras en Estados Unidos la gasolina sube y baja, en México nunca, nunca, ha caído el precio de este producto.
¿Por qué no baja?
Porque los diputados no quieren. Es una decisión enteramente gubernamental cambiar las leyes que provocan esa circunstancia.
¿Pero por qué no quieren? Entre algunas razones, brinca este argumento: Cada vez importamos más gasolina y su precio se eleva. Pero esa versión se debilita.
La caída del precio de la gasolina en Estados Unidos de este año es de tal dimensión que opaca el alza del dólar con el que lo pagamos.
Además, la cantidad de barriles de gasolina que exporta Estados Unidos a México cayó 18 por ciento desde el récord de 2011.
¿Por qué no mejor le echamos un ojo a esta razón?: los ingresos gubernamentales mexicanos dependen cada vez menos de la exportación de crudo. ¿En serio? Sí.
De todo el petróleo que produce México ya sólo una cuarta parte queda expuesta a los vaivenes del mercado internacional al venderla.
Va la aritmética: producimos 2.2 millones de barriles diarios de crudo. De eso, la mitad se queda en México, es decir, se vende convertido en gasolina o en lo que usted quiera a seres alimentados por tamales y conchas chopeadas en chocolate.
Esos precios los controlan los diputados mediante leyes que el Ejecutivo aplica.
De las dos cuartas partes que sí salen del país, una parte importa poco si la vendemos cara o barata porque de acuerdo con lo explicado por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, se compensa con la variación de las importaciones de derivados.
Puede bajar el crudo, como este año, lo que nos pega en ingresos, pero también nos abaratan las gasolinas, diesel, turbosina y todo lo que compramos a extranjeros. Ahí está la compensación.
Por tanto, el “riesgo neto”, dijo el secretario el 13 de noviembre al explicar la famosa cobertura petrolera, equivale apenas a unos 600 mil barriles diarios. Sólo eso es lo que puede reflejarnos bonanza, o una caída en días como los de hoy.
Parece claro: hoy el mejor cliente de petróleo, el que más le deja a Pemex, al gobierno, es usted.
Gracias a usted, la mitad del crudo que produce México sigue estando a 100 dólares por barril. Se lo traducen a usted en gasolina a 13 o 14 pesos, pero en el fondo significa lo mismo: crudo a 100 dólares.
Para modificar las cosas, los legisladores podrían cambiar, entre otras, la ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), por ejemplo, a petición del Ejecutivo, pero no lo hacen.
En teoría, con la reforma energética que sí aprobaron los legisladores, será hasta dentro de dos años cuando lleguen gasolineras de empresas como Shell o BP, que podrían asociarse con OXXO, de Femsa, que comandaJosé Antonio Fernández Carbajal, y éstas podrían vender más barato el combustible.
El final del monopolio que permite una práctica que siempre encarece la gasolina se acerca. Mientras, aguante usted.
Justo en la juguetería. Chedraui promueve su banco junto a los regalos infantiles navideños. Los promotores prometen una tarjeta bancaria a cambio de la información del “IFE”, en referencia a la tarjeta de identificación electoral. Consupago es uno de los pocos bancos propiedad de tiendas de autoservicio, que sí resultó rentable.
Con Información de elfinanciero.com.mx en la Opinión de Jonathan Ruíz