El Papa Francisco pidió este día a los obispos mexicanos que “no minusvaloren el desafío” que significa el narcotráfico para México, pues dijo, éste “es como una metástasis que devora” por su proporción y su extensión a lo largo del país.
En la Catedral Metropolitana, Jorge Mario Bergoglio dijo: “Les ruego no minusvalorar el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa para la juventud y para la entera sociedad mexicana, comprendida la Iglesia”.
“La proporción del fenómeno, la complejidad de sus causas, la inmensidad de su extensión, la gravedad de la violencia que disgrega, no nos consienten a nosotros refugiarnos en condenas genéricas. Sino que exigen un coraje profético, para contribuir gradualmente aquella delicada red humana sin la cual todos seríamos desde el inicio derrotados por tal insidiosa amenaza”, agregó el Pontífice.
El sumo pontífice pidió a los obispos mexicanos “coraje profético y un serio y cualificado proyecto pastoral” para contribuir a crear una “delicada red humana, sin la cual todos seríamos desde el inicio derrotados por tal insidiosa amenaza”. Y sostuvo que los pastores no sólo pueden asumir “condenas enérgicas” frente a la gravedad del fenómeno.
Encomendó también al Episcopado a que se sumen a la lucha en contra del narcotráfico y consideró que: “sólo comenzando por las familias, acercando y agrosando la periferia humana y existencial de los territorios desolados de nuestras ciudades. Involucrando a las comunidades parroquiales, las escuelas, las instituciones comunitarias, las comunidades políticas, las estructuras de seguridad, sólo así, se podrá liberar totalmente de las aguas donde, lamentablemente, se ahogan tantas vidas, sea la vida de quien muere como víctima, sea de quien delante de Dios tendrá siempre las manos manchadas de sangre, aunque tenga los bolsillos llenos de dinero sórdido y la conciencia anestesiada”, subrayó.
Previamente, en el Palacio Nacional, el Papa también dio un discurso con un fuerte mensaje contra la desigualdad y en favor del bien común para tener un “futuro esperanzador”. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
PIDE IGLESIA TRANSPARENTE
Francisco pidió durante su discurso que “sean obispos de mirada limpia, de alma transparente, de rostro luminoso”., pues consideró que la Iglesia católica no necesita de “oscuridad” para trabajar.
“No tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa”, instó.
Además les aconsejó que no pierdan “tiempo y energía en las cosas secundarias, en las habladurías e intrigas” o en los “vanos proyectos de carrera”.
“Si tienen que pelearse, peléense. Si tienen que decirse cosas, díganlas. Pero como hombres, en la cara”, añadió.
INDÍGENAS ESPERAN RECONOCIMIENTO
El sumo pontífice tocó durante su discurso ante los obispos el tema de las comunidades indígenas en México, quienes dijo “aún esperan que se les reconozcan efectivamente la riqueza de su contribución”.
“Una mirada de singular delicadeza les pido para los pueblos indígenas y sus fascinantes, y no pocas veces masacradas culturas. México tiene necesidad de sus raíces amerindias para no quedarse en un enigma irresuelto”, pidió. También instó a que presenten mayor atención a la situación en la que viven estas comunidades.
La situación de las comunidades indígenas fue uno de los casos de los que el papa instó al clero mexicano para que presten más atención.
Por ello, será simbólico que Francisco durante su misa en San Cristóbal de las Casas, en el Estado de Chiapas, entregue a los representantes de la Iglesia local el documento oficial que permite la traducción de la liturgia y de la Biblia a todas las lenguas indígenas.
El Papa Francisco a su salida de Palacio Nacional. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
PIDE ACOMPAÑAMIENTO A MIGRANTES
El Papa también pidió a los obispos mexicanos que acompañen a los millones de migrantes que “hoy viven en la diáspora o en tránsito, peregrinando hacia el norte en búsqueda de nuevas oportunidades”.
En el tramo final de su discurso a la jerarquía eclesiástica el pontífice señaló que muchos migrantes “dejan atrás las propias raíces para aventurarse, aun en la clandestinidad que implica todo tipo de riesgos, en búsqueda de la ‘luz verde’ que juzgan como su esperanza. Tantas familias se dividen; y no siempre la integración en la presunta ‘tierra prometida’ es tan fácil como se piensa”.
“Hermanos, que sus corazones sean capaces de seguirlos y alcanzarlos más allá de las fronteras”, instó.
Fuente: Sin Embargo