Por si fuera poco, Carlos concluyó su hazaña con altas calificaciones a los largo de los tres módulos que conformaron el diplomado. Las constancias indican que sacó 10 en “Estructura de Proteínas”. Su desempeño bajó en la segunda etapa y obtuvo 8 en “Métodos de purificación y análisis de proteínas”, pero se repuso y cerró con 9 el módulo sobre “Principios de Biología Molecular y expresión de proteínas”.
Carlos es un niño considerado con alta capacidad cognitiva e inquietudes científicas, por lo que, gracias al apoyo de sus padres, Arcelia y Fabián, de otros alumnos del diplomado y al de académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México pudo completar las 140 horas reglamentarias.
Tras la ceremonia de entrega de las constancias y mientras Carlos se distraía con uno de sus juguetes, su padre comentó que el Departamento de Matemáticas de la Facultad de Química de la UNAM invitó al niño a incorporarse en calidad de concurrente en la materia de Álgebra Superior, tres veces a la semana.
“No sólo con fines académicos, sino para ver cómo se adapta a un grupo de licenciatura para sondear cómo lo perciben los maestros, y nosotros, como padres, también evaluar su desempeño”, explicó.
La madre de Carlos relató que , aún con los cambios constantes que experimenta su hijo, se siente tranquila porque el menor ha tomado con regularidad sus clases en línea de cuarto año de primaria, en un programa avalado por la Comunidad Económica Europea.
“Lo veo completo y estamos muy contentos, lo llevamos por el camino correcto.Practica atletismo y se siente bien porque lo hace con niños de su edad. En la primaria a distancia estudia a su ritmo y ya adelantó el estudio de tres materias para todo el ciclo escolar”, dijo.
Luego de unos minutos, Carlos evaluó su desempeño en el diplomado: “Tengo tres diplomas, uno por cada módulo. Estaba un poquito nervioso cuando empecé, pero ya después en la segunda semana me sentía tranquilo. Es que estos tres módulos me han, bueno, no sé qué decir, pero he estado muy bien”.
Carlos Santamaría Díaz completó las 140 horas reglamentarias del diplomado. // Foto: UNAM.
La UNAM destacó el logro inédito de Carlos y señaló: “Su inocencia lo evidencia, es cándido y no adopta ni pretende parecer un joven. Ahora se desenvuelve con mayor prontitud y seguridad, el diplomado fue también un ejercicio de vida cotidiana”.
En tanto, Rafael Fernández Torres, de 24 años, describió cómo es su amistad con un niño 15 años más joven. “Nos llevamos muy bien pero es curioso en el sentido de que al principio uno piensa que está hablando con un niño pequeño, pero ya conversando más, uno se percata que es brillante y que sabe muchas cosas; eso facilita los temas de charla, platicamos del diplomado o situaciones que le interesan”, dijo.
Fuente: Animal Político