Martha Hidalgo, trabajadora de Abarrotes “Lizzie”, reconoció que teme perder su trabajo si la tienda donde labora dejar de percibir ganancias durante y después de la construcción, pues actualmente el dueño sólo cuenta con recursos para pagarle a ella, porque las entradas de dinero son mínimas.
“Se ha dicho mucho, en la propaganda colocada y por los mismos integrantes del movimiento ciudadano, que el segundo piso generará un grave daño al comercio, y pues sí da miedo. No soy la única que opina lo mismo, otras personas que trabajan por aquí me han dicho lo mismo”, precisó.
Por su parte Hugo García, propietario del salón del restaurante-bar “El Solar”, señaló que desde el año pasado no le han confirmado si el proyecto se llevará a cabo y tampoco le han informado qué medidas van a tomar para que su negocio no se vea perjudicado, por el tiempo de la construcción.
“Sólo recibimos una carta en la que el ayuntamiento nos informaba que se llevaría a cabo la construcción de un segundo piso y más o menos se nos explicaba de dónde a dónde se construiría y otros detalles, pero después de eso ya no se nos ha dicho nada, no sabemos qué pasará”, comentó el empresario.
La vendedora de fayuca que se ubica afuera del Seguro Social, María de Jesús, confirmó también que los comerciantes de esa zona no han sido informados de una posible reubicación y se encuentran en total incertidumbre sobre su futuro, ya que de instalarlos en otro lugar de Cuernavaca haría que sus negocios se fueran a la quiebra.