En completo sigilo, el pasado tres de enero se realizó la sesión del Consejo expresamente para emitir los dictámenes sobre el desempeño de los magistrados Miguel Ángel Falcón Vega (actual presidente del CJ y del TSJ), Rocío Bahena Ortiz y Valentín González García.
En los casos de Falcón Vega y Bahena Ortiz, con el voto unánime de los miembros del Consejo, fueron aprobados los dictámenes que consideraron satisfactorio el desempeño de ambos magistrados con un promedio de 97 y 95 por ciento de productividad en su actividad jurisdiccional. Cabe recalcar que la evaluación del magistrado Falcón se basó sólo en su desempeño antes de ser presidente del TSJ y del CJ.
Sin embargo, la división sobrevino tras la excusa de la magistrada Verónica Cuevas para participar en la elaboración del dictamen respecto al desempeño del magistrado Valentín (ya que ella entró en su lugar tras ser destituido como representante de los magistrados ante la Judicatura) y de que dos de los cuatro consejeros restantes se pronunciaran contra la ratificación del magistrado González García.
Es que el presidente consejero Miguel Ángel Falcón Vega y el consejero Julio Ernesto Pérez Soria votaron a favor de la ratificación de Valentín González, mientras que los consejeros María Emilia Acosta Urdapilleta y Antonio Tallabs Ortega votaron en contra.
Sin embargo, al haber un empate, Falcón Vega echó mano de su voto de calidad como presidente del Consejo de la Judicatura para aprobar el dictamen a favor de González García, el cual ya está en manos de los integrantes del Poder Legislativo.
Esta situación generó diversas opiniones tanto al interior del Consejo de la Judicatura como del propio Tribunal Superior de Justicia, pues se comenta en ambas instancias que el principal promotor y negociador de la ratificación de Valentín González es el consejero Ernesto Pérez Soria.
Los argumentos esgrimidos por los dos consejeros contra la ratificación, según consta en el acta de la sesión, fueron que Valentín González tiene un historial de improductividad tanto en la magistratura como en el breve tiempo que fue miembro del Consejo de la Judicatura.
Según se argumentó, el magistrado no asistía a las sesiones del Consejo y no firmó diversas actas, su productividad como consejero fue muy baja, además de comportarse de manera impropia a la investidura al denostar e insultar el trabajo del personal judicial; también se arguyó que recientemente el magistrado se habría negado a entregar los libros para revisar su trabajo desempeñado como integrante de la sala del tercer circuito con sede en Cuautla.
Incluso, el magistrado Valentín sostiene un litigio con la magistrada consejera Verónica Cuevas luego de que en diciembre de 2010 el pleno del TSJ lo destituyó como representante de los magistrados ante el Consejo y luego un juzgado le otorgó un amparo para su restitución. El caso se ventila actualmente en un tribunal colegiado, luego de que la magistrada Cuevas promovió un recurso de revisión.
Los argumentos para destituirlo como consejero son los mismos que ahora un par de integrantes de la Judicatura alude para expresar su oposición contra la ratificación de González García.