Al preguntarle si derivado de la fuga que hubo de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” del penal de máxima seguridad del país, se habían implementado algunas medidas adicionales o si existía alguna disposición del gobierno estatal para cuidar más la fuga de los internos de Atlacholoaya como la cárcel más grande del estado; Hernández Gutiérrez respondió: “Siempre tomamos todas las medidas, no sé lo que sucedió (en el penal de máxima seguridad del Altiplano), pero me queda claro que por un lado está el exceso de confianza y no se siguieron los protocolos. Pero lo que aquí podemos implementar como estrategia o medida de prevención para contrarrestar eso, es el desvío del caudal del canal que hay alrededor para reblandecer la periferia del establecimiento (penal) y volver a cerrar, no tenemos otras medidas. De pronto vamos con el presidente municipal y le solicito apoyo para que maquinaria pesada nos haga un recorrido (sic)”.
Al interior del Cereso dijo que “lo principal es la presencia de seguridad y custodia cuando tenemos más efectivos que es por las noches, en donde peinamos todas las zonas de un lado al otro, pero además es imposible que desde el interior de un establecimiento puedan construir túneles”, aseveró.
Lo que sí señaló, es que uno de los principales problemas y temores que hay en las cárceles distritales de Morelos, es que “están muy mal ubicadas, principalmente porque están en zonas populares al interior de las ciudades y no podemos hacer nada”.
Lucio Hernández recordó que la última fuga que se presentó en el sistema penitenciario en Morelos, fue en la cárcel distrital de Cuautla, el pasado primero de mayo donde se fugaron tres internos. “Desde un principio mantuve la hipótesis de que se había recibido apoyo del exterior, lo cual causó mucha polémica en diferentes medios de comunicación, pero derivado de las investigaciones que realizó la Fiscalía, se confirmó que efectivamente el apoyo fue del exterior por el área de los juzgados del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) por donde les proporcionaron toda la herramienta necesaria para provocar esa fuga y el personal que tuvo responsabilidad fue puesto a disposición, la Fiscalía hizo lo propio y actualmente está trabajando el TSJ a través del juzgado que tiene conocimiento de los hechos”.
Finalmente, el funcionario estatal aceptó que en el interior del penal sigue corriendo droga, aunque no en grandes cantidades, justificando que muchas veces entra a través de los familiares de los internos. Asimismo asumió que “sí hay corrupción”, cuestión con la que “hay que batallar diario y no se puede negar”, finalizó.