Por impulsar la renovación del alumbrado público para preservar los cielos oscuros en los municipios de Ensenada y Mexicali, en Baja California, y promover la sensibilización social sobre la contaminación lumínica, Fernando Ávila Castro, del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM en Ensenada, obtuvo el premio Defensor de los cielos oscuros 2016.
Con una iluminación inteligente se disminuiría entre el 30 y 60 por ciento del consumo de energía eléctrica y de combustible fósiles, dijo el jefe de la Oficina de la Ley del Cielo del IA.
Mediante iniciativas de ley en las que el universitario colabora, se pretende reemplazar las lámparas actuales de vapor de sodio y led blancas, por led en tonos cálidos como ámbar o naranja, cómodos para la vista y menos contaminantes.
“Buscamos proteger los cielos oscuros en el estado para asegurar, primero, las actividades de investigación que desarrolla nuestro Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir, considerado uno de los tres mejores del mundo por sus cielos; reducir los impactos en la ecología y salud humana, además de favorecer el ahorro energético”, subrayó.
“Los astrónomos somos los primeros en preocuparnos por la contaminación lumínica; por ello, las legislaciones para cuidar los cielos oscuros nacieron durante los 90 en grandes observatorios como el de Arizona, Chile y Canarias; nosotros empezamos en 2006 con el Reglamento para la Prevención de la Contaminación Lumínica en Baja California”.
En 2016, Ávila Castro promovió una iniciativa para modificar la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y generar un alumbrado responsable; además, ha colaborado con Tijuana y Puerto Peñasco para elaborar su propio reglamento.
Además del uso de lámparas led cálidas, Ávila Castro aconseja dirigir hacia abajo la luz emitida por encima del horizonte del alumbrado, sin rebasar los 90 grados, pues ésta contribuye al resplandor del cielo.
Sin embargo, aclaró, las tablas de iluminación no deben ser iguales para toda la ciudad, pues hay que tomar en cuenta que el alumbrado público no puede ser el mismo para un bulevar que para una calle residencial.
Impacto y turismo
La luz artificial genera trastornos en el sueño, por lo que se recomienda minimizar su uso durante la noche. La fauna también es afectada; por ejemplo, las crías de tortugas marinas detectan el brillo artificial y se alejan del mar en vez de adentrarse en él. En el caso de los insectos, esta iluminación les crea una atracción excesiva que deriva en su muerte e impacta negativamente en su población, alertó el universitario.
“Conservar cielos oscuros, como lo hacemos en San Pedro Mártir, permitirá impulsar el astroturismo, en el que se podrá disfrutar de cielos estrellados en ambientes naturales con ausencia lumínica; además, traería recursos a las ciudades que los promocionan”, resaltó.
En cuanto al premio, que otorga la Asociación Internacional de Cielos Oscuros (IDA, por sus siglas en inglés), Ávila Castro comentó: “me siento muy honrado con el reconocimiento y lo considero como una gran motivación para seguir adelante. Agradezco el apoyo de mis compañeros por ayudarme a preservar los cielos llenos de estrellas para las generaciones futuras”.