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Llega a por lo menos 73 el número de decesos por el sismo

Fluye la ayuda ciudadana y la oficial a las zonas afectadas por el sismo; cientos, quizá miles de familias desalojadas de edificios y casas dañadas; en Jojutla comenzó la demolición de inmuebles colapsados.


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La verdadera dimensión de los daños por el sismo del 19 de septiembre en Morelos se fue revelando al pasar las horas de este miércoles. El recuento oficial aumentó a cuando menos 73 personas muertas, 196 lesionados y alrededor de veinte mil viviendas afectadas. Al mismo tiempo, creció  la solidaridad y voluntad de la ciudadanía para apoyar a los damnificados, lo mismo con alimentos preparados, que con casas de campaña, ropa, despensas y agua o con manos para remover piedra a piedra los escombros de lo que ha sido parte de su vida.

Los grupos de hombres mujeres, niños y, especialmente,  jóvenes que recorrían algunas de las zonas siniestradas y hospitales para entregar donativos, fue un notorio rasgo de la jornada del segundo día del desastre, un evidente signo del ánimo de los voluntarios por superar la desgracia que enfrenta el estado y varias entidades del país.

Desde temprana hora el gobierno del estado declaró cinco días de luto, al izar a media asta la bandera nacional en el zócalo de la capital, en señal de duelo por los municipios golpeados por el sismo.

El propio titular del Ejecutivo estatal, Graco Ramírez, señaló que este período será útil para que no haya actividades y se tenga la posibilidad de elaborar la identificación total de daños (con censos) y dar los primeros pasos para la reconstrucción.

Luego de asegurar que primero se trabajó en salvar vidas y posteriormente en la puesta en operación de albergues, el gobernador informó que trasladó su  sede de gobierno al municipio de Jojutla, quizá el más devastado.

Unas horas después, el presidente Enrique Peña Nieto arribó a la cabecera municipal de Jojutla, la zona más afectada por el temblor de 7.1 grados en la escala de Richter. Recorrió varias calles y saludó a habitantes que le pidieron ayuda para construir sus hogares. El mandatario aseguró que el gobierno mexicano pondrá todos los recursos disponibles para apoyar la reconstrucción de Morelos.

Aseguró que en los próximos días, como se hizo en Chiapas y en Oaxaca, se realizará un censo de damnificados en el estado de Morelos, que se estima concluir en aproximadamente dos semanas y a partir de ello iniciará la etapa de la reconstrucción.

El presidente dijo que se hará un despliegue importante de servidores públicos de distintas dependencias del gobierno de la república y de voluntarios, que trabajarán en coordinación con el gobierno del estado de Morelos. Designó al Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación, Jorge Márquez Montes, como su representante personal.

Mientras las instituciones y autoridades de los tres niveles de gobierno realizaban sus actividades, en gran parte del territorio estatal la población desbordada en disposición de ayudar marcó esta fecha.

En el mismo lugar, era complicado el acceso a la cabecera municipal, por las largas filas de vehículos en los que llegaron personas voluntarias a entregar comida preparada, ropa, casas de campaña, despensas y atención médica. También muchos jóvenes arribaron para entregar su ánimo y su fuerza. Ayudaron a remover a mano escombros de las casas derruidas, sacar los bienes “salvables” de las viviendas, como aparatos electrodomésticos, documentos, y hasta los retratos de familias, parte de los preciados tesoros de los moradores de lo que alguna vez fue una casa.

La voluntad fue tal que aún con la presencia del Ejército o de la Policía Federal o elementos del Mando Único, los muchachos llegaron hasta el sitio de la devastación con premura, pues ya se sabía que en las próximas horas comenzaría la demolición de las ruinas con maquinaria.

Lo mismo sucedió en centros de acopio instalados tanto por asociaciones civiles como escuelas, la Universidad del estado y grupos de estudiantes y vecinos que por iniciativa propia hicieron su cooperación.

En algunos  hospitales de Cuernavaca, durante toda la mañana llegaron ciudadanos con tortas, fruta, guisados y agua para familiares de pacientes, pero la colaboración  desbordó la capacidad de canalizar esos recursos. Muchos tuvieron que regresar con sus paquetes porque ya no había en esos sitios damnificados o éstos ya habían recibido comida.

En lugares como el Hospital de Cuernavaca se instaló un centro de acopio y sólo les recibían alimentos no perecederos y enviaban a las comitivas a otros hospitales, donde enfrentaron la misma respuesta.

En varios casos los donantes mencionaron su deseo de entregar de propia mano sus aportaciones, pues expresaban su desconfianza de que la ayuda “no les llegue a  quienes lo necesitan, a quienes queremos ayudar”.

 

Hospitales

En el Hospital General de Cuernavaca “Dr. José G. Parres” se trasladó a pacientes de urgencias, hospitalización, ginecología y la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (CUIN) a áreas habilitadas en la Unidad de Especialidades Médicas (UEM), porque el edificio sufrió daños considerables en quirófanos y varias áreas, a decir de personal médico.

Familiares se inconformaron porque debido a las limitadas condiciones, algunos pacientes no habían sido operados desde el pasado lunes, (antes del sismo) con el argumento de que sólo había un quirófano para urgencias. Otros fueron dados de alta y otros más trasladados a una clínica privada o remitidos a otras unidades. Ciertos equipos, como las incubadoras, permanecieron en el estacionamiento de lo que fuera el hospital del Niño Morelense, y los médicos y enfermeras señalaron que tuvieron que trabajar en una situación complicada.

También hubo quejas de usuarios que desconocían que se limitó el servicio y aún con muletas o sillas de ruedas se trasladaron para solicitar resultados de laboratorio o medicamentos, pues tienen padecimientos crónico degenerativos, pero dieron testimonio, de que los “regresaron sin avisar nada ni dar una fecha para regresar”.

En el IMSS de Plan de Ayala la situación fue similar a la del día anterior, ya que se suspendieron los servicios de consulta externa, algunas cirugías programadas y los servicios administrativos. Los pacientes permanecieron en zonas conocidas como “punto de reunión”.

En el Hospital Centenario de la Revolución del ISSSTE ubicado en Emiliano Zapata, desde el 19 de septiembre se evacuó a cerca de 200 pacientes y familiares y más de 300 trabajadores, administrativos y médicos, pues por la hora coincidió con el “cambio de turno”.

El director del nosocomio, Mario Balbuena Basurto, informó que no habrá consulta médica externa ni otros servicios hasta el próximo sábado, debido a los daños registrados en el edificio por el sismo.

Dijo que con el fin de no interrumpir la atención prioritaria y no exponer a personal y derechohabientes, se acondicionó el área de estacionamiento, donde se atiende a los pacientes. En esa zona se colocaron carpas en las que atienden enfermeras y los médicos habituales, así como especialistas.

Añadió que el personal ha sido solidario y enfermeras, especialistas y demás profesionales realizan su labor en condiciones elementales.

Dio a conocer que este miércoles expertos de nivel central realizaron un estudio y determinaron que no hay daño estructural; por lo tanto, se tendrán que hacer reparaciones y luego un procedimiento de sanitización.

Por lo anterior, de manera paulatina irán regresando al interior del inmueble.

Balbuena Basurto estimó que el viernes ya estarán al 100 por ciento y las consultas que no se dieron en estos días de contingencia, serán programadas de inmediato.

A través de un escueto boletín, el gobierno del estado informó que en el Hospital General de Jojutla “Dr. Ernesto Meana San Román” los pacientes de ginecología y recién nacidos fueron trasladados a la Posada AME; “se habilitó el área de estacionamiento para brindar atención a otros pacientes, y se refuerza con la llegada de un Hospital Móvil”.

El Hospital General de Axochiapan “Dr. Ángel Ventura Neri”, “se apoya con Unidad Médica Móvil y ambulancias del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) para traslado de pacientes al Hospital Comunitario de Jonacatepec y el Hospital General de Cuautla”.

 

Escuelas

Hasta el cierre de esta edición, las autoridades educativas del estado no habían dado una fecha para la reanudación de clases que se suspendieron desde el pasado 19 de septiembre.

Fernando Pacheco Godínez,  director del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) -cuyas oficinas  continúan con evidentes daños incluso en la fachada- indicó que siguen las revisiones de planteles educativos por posibles daños estructurales.

Refirió que se dio prioridad en los municipios más afectados, además de que se pidió a toda la estructura de la dependencia brindar apoyo a los damnificados.

El funcionario estatal dio a conocer que se reanudarán clases hasta que se cuente con dictámenes sobre posibles daños, por parte del Colegio de Ingenieros, o del Instituto de Infraestructura Educativa.

Mencionó que el reporte preliminar del sismo pasado (del 7 de septiembre)  había 412 escuelas con afectación y 105 con afectación media, pero reconoció que seguramente ese número creció con el reciente temblor con epicentro en Axochiapan.

De manera extraoficial y con testimonios de padres de familia, se conoció que hay cuando menos un centenar de centros escolares con diferentes daños de afectación, incluso se conoció de cuarteaduras en edificios de la Universidad Politécnica del Estado de Morelos.

 

Salieron a relucir afectaciones en diversos puntos del estado

Este martes, a medida que avanzaba el día, salieron a relucir llamados de ayuda, pues se identificaron sitios con afectaciones en prácticamente todos  los municipios. El propio gobernador dijo que los daños más importantes ocurrieron en 20 de los 33 municipios, pero aceptó que en todas las localidades hubo repercusiones.

Estimó que al menos 20 mil viviendas resultaron afectadas, y aunque  hubo lugares donde el sismo provocó un desastre, también hubo afectaciones en colonias y zonas habitacionales de la zona metropolitana de la capital morelense, como la colonia Alta Vista y el poblado de Santa María Ahuacatitlán en Cuernavaca, o en la unidad habitacional El Pochotal, donde las autoridades declararon irreparables cuando menos tres edificios. Los residentes, acamparon en jardines y banquetas por temor a la rapiña.

En Cuernavaca, comerciantes de las plazas Lido y Degollado pidieron que las autoridades de Protección Civil intervinieran para hacer dictámenes, pues registraron daños en dos de las explanadas y el áreas de comida, lo que ha obligado a los vendedores a mantener cerrados sus locales.

En esta ciudad, el Colegio de Ingenieros Civiles dio a conocer que por las graves condiciones de la estructura del emblemático edificio “Torre Latino”, el inmueble deberá ser demolido, pues no hay posibilidad alguna de reparación, ante el inminente riesgo de colapso.

Al cierre de este reporte, las autoridades de la Fiscalía General de Justicia habían dado a conocer los nombres de 42 personas fallecidas (entre ellas cuatro menores) que perdieron la vida tras el temblor, cuyos cuerpos ya habían sido plenamente identificados y entregados a sus familiares.

En su recuento de daños emitido alrededor de las diez de la noche, el gobernador Graco Ramírez señaló que el recuento de víctimas mortales llegaba a 73.

 

 

 

 

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