El sismo de 7.1 grados Richter abrió una grieta de dos kilómetros de longitud, 15 metros de profundidad y 60 centímetros de ancho en el cerro de Tepingo, ubicado en la comunidad de Ocoxaltepec del municipio de Ocuituco.
Ante el riesgo de que el cerro se deslave y entierre a centenas de viviendas, cientos de familias fueron evacuadas y albergadas en la telesecundaria de la comunidad.
“Alrededor de la una de la tarde fuimos sorprendidos por un terremoto de gran magnitud que dejó muchos daños en nuestra comunidad, tenemos más de 70 casas derribadas totalmente, muchas casas inhabitables, de las cuales aquí tenemos a todas las familias en este albergue improvisado”, dijo Ranulfo Ramos Castillo, presidente del comisariado de bienes ejidales de Ocoxaltyepec.
De las 600 familias que habitan esta comunidad, 400 fueron desalojadas, dijo Ranulfo.
“De las 600 familias, 400 familias aproximadamente han sido desplazadas a este albergue improvisado, ya que estamos asentados cerca y en faldas de un cerro que lo tenemos a espaldas, del cual hay un riesgo muy latente porque tiene unas grietas de dos kilómetros de longitud que van de 60 centímetros a un metro de amplio, con una profundidad según el dictamen técnico, de 30 a 35 metros de profundidad, con riesgos a provocar deslaves que estarían sepultando varias de nuestras viviendas”, informó.
Además el 30% de las casas están destruidas en su totalidad y el 55% deberá ser demolido por la magnitud de los daños.
Las familias desalojadas han pernoctado tres noches en el patio de la telesecundaria.
En este sitio han sido instaladas carpas y casas de campaña, así como una cocina. Las mujeres con hijos pequeños ocupan los salones de la escuela para sentir menos frío.
Hombres y mujeres se encargan de recibir los víveres que poco a poco llegan a esta comunidad.
Ni siquiera han acudido a registrar los daños en las viviendas
“Hay casas que de plano ya no están habitadas, la gente de PC no ha venido en su totalidad, no ha visto todas las casas, hay muchas casas cuarteadas, maltratadas, ya no son habitables”, dijo Luis Hernández Romero, voluntario de la Ciudad de México.
Los pobladores permanecen a la espera de que especialistas determinen si pueden o no retornar a sus hogares.
Algunas de las versiones que han escuchado, dicen, establecen la posibilidad de que el cerro sea dinamitado para provocar un deslave controlado.