Cuernavaca, Morelos.- De acuerdo con la experiencia de especialistas, alrededor del 20 por ciento de la población de sitios impactados por desastres naturales, como los sismos, podría comenzar a tener síntomas de afecciones mentales hasta después de un mes de transcurrido el siniestro.
Especialistas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y del Instituto Nacional de Psiquiatría (INP) trabajarán con personal de diferentes estados, entre ellos Morelos, para brindar atención y prevenir trastornos mentales por los desastres provocados por los sismos de septiembre de este año.
Ambas instituciones, la internacional y la nacional, brindarán capacitación por parte de expertos a grupos de profesionales de la psiquiatría y psicólogos, para que en cada estado se desarrolle un plan con el objetivo de dar respuesta ante estas necesidades, que suelen incrementarse tras fenómenos naturales.
María Elena Medina Mora, directora del INP, explicó que, en este trabajo conjunto, se tomarán en cuenta las experiencias de la OPS en acciones inmediatas. “También está incorporado personal especializado de los estados de Oaxaca, Chiapas, Puebla, Morelos y Ciudad de México para ayudar a las personas afectadas a superar las experiencias traumáticas y evitar que éstas los predispongan a desarrollar algún trastorno mental”.
Los resultados de investigaciones en salud mental son fundamentales para realizar intervenciones eficaces de acuerdo con las necesidades de la población afectada, por lo que el proyecto se enriquecerá y México contará con un esquema organizado e integral para la atención. También se podrán establecer medidas para organizar a las personas que quieran dar ayuda a los afectados para que la respuesta sea integral y la ayuda llegue a donde tiene que llegar.
De acuerdo con los especialistas, este sismo podría causar que 20 por ciento de la población afectada requiera atención en salud mental aproximadamente después de un mes del suceso, por lo que el personal del instituto mantiene la atención y seguimiento a estas personas.
Las manifestaciones de los trastornos pueden ser inmediatas, pero la experiencia indica que comienzan a ser notorios o a manifestarse hasta cuatro semanas después de los hechos, cuando se empiezan a reanudar las actividades comunitarias habituales, pasan las etapas de emergencia y se hace notoria la posible afección.
Los trastornos pueden ser diversos y en diferente grado y se manifiestan de diferente forma, desde ansiedad, depresión, actos compulsivos que pueden llegar a ser obsesivos, disminución de apetito o, por el contrario, comer de manera excesiva; temor a ingresar o permanecer en ciertos lugares, insomnio, entre otros.
La Secretaría de Salud destacó que los servicios deben ser gratuitos a la población afectada y se brindan -según lo dispuesto por la Federación- tanto en instalaciones como a través de las brigadas de especialistas, que continúan trabajando directamente en albergues y en las comunidades. Asimismo, el protocolo establece que se debe ofrecer asesoría telefónica a través de las líneas que se pusieron a disposición de la población por parte de las autoridades sanitarias de cada entidad.