Este jueves, productores de pan artesanal señalaron que sus insumos aumentaron en las últimas semanas en un 20 por ciento, por lo que tendrán que incrementar el costo de este alimento.
La organización someterá ante la asamblea de sus afiliados el próximo 15 de enero la propuesta de que ese ajuste sea de sólo el 10 por ciento, pues de otra forma, se dañaría la economía familiar, se fomentaría la ola de alzas y podrían salir de la competencia en el mercado.
Jorge Hernández García, presidente de la asociación, dio a conocer que dialogarán con los integrantes de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa) con el objetivo de buscar posibles alternativas ante el complicado escenario.
Y es que apuntó que, en sólo tres años, los insumos para la elaboración del pan artesanal aumentaron en un cien por ciento y en lo que va del 2018 ya subieron en un 20 por ciento.
Recordó que en su caso son fundamentales productos como la mantequilla, el huevo, la leche, el azúcar y el gas y este último se liberó y todos estos elementos tuvieron un impacto muy fuerte y la tendencia observada es al alza.
Mencionó que la pieza de pan chico cuesta en promedio entre cuatro pesos con 50 centavos y cinco pesos, y la propuesta es que suba 50 centavos; en el caso del bolillo cuesta dos pesos y la propuesta seria que suba a dos pesos con 50 centavos, pero dichos ajustes serán analizados en su asociación y cada productor en lo individual tomará su decisión.
Recordó que el pan es un producto de la canasta básica y no les afectan las advertencias de la Procuraduría Federal del Consumidor sobre evitar abusos, porque no hay un precio tope, y ellos mismos tienen el objetivo de incrementar en el menor porcentaje posible para no bajar sus ventas y no afectar la economía familiar.
Jorge Hernández García, presidente de la asociación de productores, adelantó que este siete de enero donarán una rosca de 100 metros, para alrededor de mil personas, que será partida en la colonia Antonio Barona de Cuernavaca -a diferencia de otros años, que se colocaba en el zócalo- y sin ningún tinte político, sólo para compartir con la población de esa zona considerada de alto riesgo en cuanto a seguridad.