Conozco el ambiente de las peluquerías desde hace veinte años.
Me agrada el buen trato, el excelente servicio, la magia increíble de los peluqueros que hacen que uno mismo se sienta rejuvenecido y con una vitalidad renovada.
En estos espacios se realiza la alquimia entre una línea de asientos enfrentados a un espejo, en el cual el peluquero observa la totalidad de la cabeza del cliente y poco a poco como mago utiliza sus tijeras, peines, secadores, pinzas y diferentes ganchos.
David Robles Maldonado y Carolina Gómez Carmona son peluqueros que trabajan en la “Peluquería Española”, en la calle Matamoros en el centro de Cuernavaca, Morelos.
El señor Robles lleva trabajando más de 60 años, mientras que la señora Gómez está a punto de cumplir 16 años de laborar el próximo 15 de abril. Los dos están muy agradecidos por el tiempo que llevan cortando, peinando, platicando, contando chistes y compartiendo experiencias con sus clientes, ya que para ellos es importante el buen servicio.
“El peluquero, un zorro pelucón
muy peludo, flaco y cabezón
esperando clientes sentado en su sillón
cortar el pelo es una gran pasión”
“Te vas a trabajar, mujer, tú, peluquera;
y te ponen en tus manos las cabezas.
Seguro, que algunas...
van revueltas de tanta esperanza”