Asegura que las agrupaciones del transporte asumen medidas de seguridad
Transportistas que operan en la zona metropolitana del estado son víctimas de cobro de “derecho de piso” (extorsión) y de constantes asaltos, lo que los ha obligado a aplicar medidas de seguridad en sus organizaciones, como el dejar de contar con representantes en las distintas organizaciones.
"El que diga que no es víctima de extorsión o cobro de derecho de piso, miente", afirmó el presidente de la Federación Auténtica del Transporte, Dagoberto Rivera Jaimes, quien dijo que dejaron de nombrar a líderes de rutas y los choferes ya no trasladan fuertes cantidades de dinero para evitar ser amenazados y, en el peor de los casos, heridos a balazos por los delincuentes.
"En la mayoría hay una rotación de voceros en sus rutas porque desafortunadamente no pueden tener organización, no pueden tener nombramientos, no pueden hacer asambleas porque inmediatamente la delincuencia los detecta y los empieza a extorsionar, les empieza a pedir cobro de derecho de piso. De entrada hay rutas que desde hace mucho tiempo estamos pagando derecho, comprando la tranquilidad", declaró Rivera Jaimes.
Sostuvo que a los transportistas que se niegan a pagar por trabajar a los delincuentes son atacados y por ello prefieren ceder ante dichas amenazas. "Van, te balean, te levantan a algún familiar, traen toda una lista de permisionarios y obviamente de ahí salen las amenazas", agregó.
Manifestó que lamentablemente están al servicio de la delincuencia, pues han denunciado ante las autoridades y no pasa nada. Al contrario, muchas veces son atacados cuando acuden ante las autoridades.
Rivera Jaimes manifestó su confianza de que en este proceso electoral la situación no se complique con el cambio de autoridades, pues existe mucho temor por parte de los concesionarios unos operadores.
Lo anterior fue confirmado por La Unión de Morelos cuando en la protesta del jueves pasado ante la Secretaría de Movilidad y Transporte se intentó entrevistar a un líder de la Ruta 11 y éste se negó a dar su nombre por temor a ser víctima de la delincuencia.