Las agencias espaciales internacionales han detectado que transitarán alrededor de 80 objetos similares hasta enero del 2011, como ocurrió con el pequeño asteroide llamado 2010 TD54, de unos cinco a 10 metros de ancho, que el pasado martes 12 pasó a casi 40 mil kilómetros.
“Se observó en la región de Asia, en Singapur, y se ha comprobado que no causó efectos en el planeta, porque pasó a una distancia equivalente a un décimo de la que hay entre la Tierra y la Luna, es decir, a unos 36 mil kilómetros.
Desde el punto de vista astronómico, es un trecho corto, porque es menor al que hay entre nuestro planeta y el satélite natural, abundó el especialista.
Ese objeto fue descubierto en un monitoreo de rutina por el telescopio Catalina Sky Survey, que se encuentra en Tucson, Arizona. Debido a su tamaño, se necesitó un instrumento de dimensiones moderadas para observarlo, añadió el también encargado del Anuario del Observatorio Astronómico Nacional en el IA.
En la actualidad, destacó, la humanidad tiene la posibilidad de observar objetos cada vez más pequeños y cercanos a la Tierra.
Flores Gutiérrez puntualizó que siempre ha existido la probabilidad de que un asteroide impacte nuestro planeta; algo que se reafirmó con el choque en Júpiter del cometa Shoemaker Levy el 22 de julio de 1994.
Por ello, las agencias espaciales de Japón, Italia y Estados Unidos efectúan estudios para comprender mejor la naturaleza del medio interplanetario, y realizan observaciones permanentes para determinar si algún objeto puede resultar peligroso para la Tierra.
El cinturón de asteroides, señaló, es un grupo de objetos que se mueven en torno al Sol, entre la órbita de Marte y Júpiter; pero además existen miles de objetos pequeños que siguen una trayectoria en el medio interplanetario; por ejemplo, existen nubes de pequeñas rocas entre los planetas Venus y Tierra, o entre este último y Marte.
La caída de objetos a la Tierra es permanente, pero la mayoría cae en los océanos, concluyó.