Los taxistas y ruteros enfrentan un mismo problema, la inseguridad y lo hacen a base de sus propios ingresos y necesidades, ya que los operativos que las autoridades de Seguridad Pública emprenderían para prevenir la inseguridad que afecta al sector no han funcionado, según declaraciones de los mismos concesionarios.
El problema se agrava aún más, ya que los atracos se realizan con violencia y ya no afectan sólo al operador, también a los ciudadanos, incluso el robo va más allá, los delincuentes se llevan los vehículos para desmantelarlos, venderlos o cometer más fechorías.
La pérdida de unidades a causa de la delincuencia se da principalmente en el transporte público sin itinerario fijo (taxi), ya que es más fácil hacer uso de un automóvil pequeño que de un microbús.
Diversas organizaciones han reportado cifras similares en cuanto al robo de vehículos, por lo menos 10 autos al mes.
Lo anterior, según concesionarios de taxi, significa pérdidas económicas mínimo de 500 mil pesos, además del dinero que los delincuentes quitan a los operadores y a los ciudadanos cuando cometen la fechoría.
“En el mayor de los casos reportamos desmantelamiento de la unidad y robos de objetos personales y dinero, afortunadamente son pocos los robos del vehículo, a comparación de los asaltos que son más de 20 mensualmente”, comentó Víctor Lara Alarcón, presidente de Radio Taxis del estado de Morelos.
Esta organización agremia a 2 mil 800 taxistas, la cual cada mes registra dos accidentes mensualmente, problema que también significa pérdidas monetarias que en muchos de los casos deben absorber los dueños de vehículos, porque las aseguradoras no quieren responder.
“En nuestro caso tenemos problemas con la Latinoamericana, que no quiere pagarnos en caso de choque, porque muchas veces los dos implicados están asegurados con ésta y se justifica diciendo que los dos tuvieron responsabilidad”, dijo.
En el caso de robo del taxi, la situación es peor, porque los concesionarios interponen denuncias ante la Procuraduría General de Justicia (PGJ), la cual hace poco para reponer el daño, según Enrique Rodríguez Zagal, presidente de la Confederación de Transportistas y Actividades Similares, las denuncias llevan meses o años archivadas y no se les da seguimiento y finalmente no recuperan la unidad.
Las rutas enfrentan una situación similar, pues aunque no sufran de la pérdida de unidad, sí son víctimas de asaltos y accidentes, en este caso el vehículo es más caro y los daños materiales de manera global alcanzan un millón de pesos o más, según el robo o el accidente y el modelo de la unidad.
Enrique Ramos Zepeda, presidente de la Alianza de Transportistas, comentó que al mes los concesionarios de la organización reportan aproximadamente 12 accidentes y 4 asaltos por semana, sin embargo las unidades son más grandes y caras y al contabilizar los daños a los operadores y ciudadanos los gastos por inseguridad ascienden a 1 millón 200 mil pesos, con la suma ya de los gastos de accidentes.
Y aunque el Reglamento del Transporte Público obligue a los concesionarios de taxis y rutas asegurar sus vehículos al cien por ciento, las aseguradoras no son garantía para los permisionarios, que la mayoría de las veces asumen los daños totales.