Sociedad
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Qué significa ser un escritor

Cuando tomé el camino del escritor no sabía bien lo que significaba, lo que implicaba ni lo que resultaría de serlo. Lo hice con una convicción, pero bastante a ciegas. Inicialmente no me decía escritor porque no comprendía mi vida desde esa posición social.

TXT Daniel Zetina
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Porque yo era un adolescente, un hijo, un hermano, un alumno y un amigo, pero ahora estaba por comenzar un nuevo rol: ser algo más allá de mi propia persona, más allá de mi familia, de mi salón de clases. Como la vocación fue prematura por así decirlo, a los 16 comencé a escribir y a los 19 a publicar en medio, de pronto me vi de frente a mí mismo como alguien que hacía arte.

No iba por la calle diciendo que era escritor, pero inicialmente afirmaba sin problemas “Voy a ser escritor”. Quizás lo primero que sucedió ante mi firme postura fue que conocí muchos prejuicios acerca del artista en México. Escuché muchas críticas y comentarios muy fuera de lugar, desde mi familia y en general en mi entorno. De inicio, esto me pareció una incomprensión de parte de mi entorno, pero no podía juzgarlos porque yo mismo no sabía qué onda conmigo en esa nueva faceta.

Cuando fui a la universidad ya escribía como loco, en todos lados, incluso hacía graffiti. Luego les cuento la anécdota de cómo comencé a vender poesía con un éxito inesperado, pero les adelanto que eso me ayudó en la autoestima de escritor bastante. Entonces, escribía bastante y comencé a publicar en el suplemento cultural de un periódico local. Me sentía soñado.

La universidad es un semillero, todos lo dicen, en nuestro caso, creíamos que de escritores y por eso hicimos un grupo variopinto de “jóvenes escritores”, que queríamos comernos el mundo entero, mientras leíamos cuanto podíamos, escribíamos lo que queríamos y publicábamos lo que nos aceptaban. Así comprendí que el escritor es alguien que dialoga con su entorno.

Por esos días la mamá de mi mejor amigo (y hasta ahora así es), la señora Lolita nos dio un gran consejo. Algo así como “No olviden que un escritor debe reflejar su época, hablar de su realidad, ser un espejo de la sociedad en la que vive”. Ahí pensé que ser escritor significaba una res-pon-sa-bi-li-dad. Uy, eso me asustó un poco.

En las tertulias literarias, los círculos de lectura y escritura que tuve o a los que asistí, me divertí bastante, aprendí mucho y descubrí que el conocimiento es fundamental para poder escribir mejor, Que leer es mucho más hermoso de lo que ya sabía y que compartir es algo único, un acto de generosidad, en especial lo digo por todos aquellos que compartieron su arte y su tiempo conmigo. Aprendí que el arte es compartir, es generosidad y es algo infinito.

Trabajar como escritor es casi una ilusión, pero en las redacciones de los periódicos, en las juntas para hacer revistas, en cualquier otra publicación o medio obtuve de forma inmediata el apelativo de escritor. Ahí nadie dudaba de lo que hacía o de lo que era. Si yo podía escribir y publicar, yo era un escritor y en esos ámbitos nadie parecía dudarlo. Incluso que yo fuera joven no era una limitante, alguien me llegó a decir que la edad no importaba, que todos los escritores habían comenzado un día y que qué mejor que fuera joven, así mi carrera duraría muchos años. Supe que debía estar seguro de mí mismo, si alguien podía confiar en mí, yo sería el primero en demostrar que tenía razón.

Cuando tuve o he tenido crisis o días (o semanas o meses) malos, el ser escritor no fue una molestia, al contrario, me sirvió siempre para levantarme, para tomar aire y seguir adelante. Porque si no tenía suficiente dinero o me faltaba pagar la renta o no tenía muchos libros o carecía de tiempo libre, eso era una situación que vivían la mayoría de personas a mi alrededor, pero yo por lo menos tenía algo más profundo y propio, algo que me inspiraba y me animaba a seguir con más fuerza: el arte de la palabra, el arte mismo, la palabra creadora, el verbo. Ser escritor significa saber que uno va a aprender siempre y no va a dejar de hacerlo nunca.

Por último, un amigo locutor me dijo un día: “Contigo aprendí que el arte es un asunto de paciencia, porque hace diez años venías aquí con un grupo de escritores y ahora continúas en lo mismo”.

Ser escritor es un arte, es una pasión, es una responsabilidad, es un orgullo. Gracias

@DanieloZetina

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