En muchos de los planteles se siguen vendiendo bebidas azucaradas y otros productos con altos contenidos calóricos.
Las revisiones en planteles escolares para evitar que se comercialice “comida chatarra” continuarán en el ciclo escolar que está por iniciar, aseguró el secretario de Salud Antonio Cantú Cuevas.
Lo anterior, luego de que se relajaron las supervisiones y en muchos de los planteles se siguen vendiendo bebidas azucaradas y otros productos con altos contenidos calóricos.
El funcionario estatal indicó que se buscará retomar las mesas de trabajo con autoridades del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) y de la Secretaría de Educación del estado para reforzar la vigilancia en los centros escolares y continuar con la labor de sensibilización a municipios, con respecto a los permisos de venta de comida en las calles, en zonas aledañas a los centros educativos.
A nivel federal continúa el análisis en cuanto al cambio en el etiquetado de productos y su descripción sobre su contenido y cantidad de nutrientes o calorías, propuesto desde mayo pasado por el Instituto Nacional de Salud Pública.
Este tema necesariamente pondrá de nuevo sobre la mesa la importancia de conservar políticas que alienten la buena alimentación de los escolares, debido a los altos índices de obesidad infantil.
En un recorrido y en consulta a padres de familia y estudiantes de primarias y secundarias de la zona del centro de Cuernavaca, así como de las colonias Amatitlán y El Empleado, los testimonios coincidieron en que se han relajado las supervisiones y en las inmediaciones de los planteles sigue la venta de “comida chatarra”.
Estudios del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) revelaron que los alumnos de educación básica consumen hasta 50 por ciento de las calorías diarias en el tiempo que pasan en la escuela y al salir de ella antes de llegar a su casa.
En el 2010 se publicaron por primera vez los lineamientos sobre los alimentos que se permite comercializar en las cooperativas escolares; estos se han ido modificando, pero continúan vigentes, como una estrategia para prevenir enfermedades asociadas a la obesidad en el país, como la diabetes y la hipertensión .
En su reporte más reciente las organizaciones “El Poder del Consumidor” y “la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim)” informaron que con base en la plataforma “Mi escuela saludable”, se mostró “la violación a los derechos de la infancia al prevalecer un ambiente obesogénico en las escuelas del país”.
Refirieron en dicho documento que en el ciclo escolar 2018-2019 (hasta el segundo mes de este año), se habían recibido cuatro mil 748 reportes, provenientes de cuatro mil 126 escuelas públicas y privadas, de todos los estados de la república.
“Los citados reportes indicaron presencia de refrescos en el 74% de los casos, venta de comida chatarra en el 98% y el 75% aún no cuenta con oferta suficiente de fruta ni verdura”.
El 94% de los reportes revela – según dichas asociaciones civiles- “la ausencia de la figura del ´Comité de Establecimientos de Consumo Escolar´, que de acuerdo con los lineamientos que regulan la oferta de alimentos y bebidas en las escuelas, tiene diversas atribuciones esenciales para el adecuado funcionamiento de esta medida”.
En las escuelas ubicadas en los diferentes estados de la república se registró que “alrededor de 43% de los casos hay presencia de bebederos, aunque con base en los testimonios, muchos de ellos no se encuentran funcionando”.
“Otra de las preocupaciones manifestadas por la comunidad escolar es el uso de cooperativas escolares como negocio que beneficia los intereses económicos de unas pocas personas en perjuicio de la salud de la comunidad escolar. Dentro de las demandas de la población están que las autoridades visiten las escuelas y sancionen a los responsables de la venta de comida chatarra”.
“Estos datos son alarmantes al tener en cuenta que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, uno de cada tres escolares vive con obesidad (30%), sin embargo, esa prevalencia aumenta a 50% cuando concluyen la educación primaria. Y, de no hacer nada, uno de cada dos infantes nacido a partir del 2010 desarrollará diabetes”, añade el citado documento.