Grupos feministas y de la diversidad sexual descalifican su homilía del domingo, cuando dijo que el Covid 19 era una reacción a los reclamos feministas, a la interrupción del embarazo y de rechazo a quienes ejercen otro tipo de sexualidad.

Integrantes de la comunidad de la diversidad sexual dieron a conocer que iniciaron una denuncia contra el obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, ante el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), debido a las expresiones hechas desde el púlpito por el jerarca religioso en torno al coronavirus Covid-19.

En conferencia de prensa, representantes de agrupaciones de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero e intersexual (LGBTTTI) y de mujeres feministas calificaron como homófobas las afirmaciones hechas por el obispo desde el púlpito, el pasado domingo.

Al respecto, señalaron que el jerarca católico incitó al odio, al expresar que el coronavirus es una señal divina por los abortos, ante la decisión de las personas a cambiar su identidad sexo-genérica y por la eutanasia.

Los inconformes exigieron que la Secretaría de Gobierno del estado a través de la Dirección General de Derechos Humanos emita un comunicado enérgico: “porque son ellos quienes cada tarde están dando información verídica sobre la situación del Covid-19 y, por lo tanto, que el jerarca religioso emita estas opiniones sobre el Covid hace que haya desinformación hacia la población en general”.

Además, recordaron que la Secretaría de Gobierno es la encargada de hacer cumplir la ley en cuanto al ejercicio de culto religioso.

Aseveraron que el mensaje del obispo, en su homilía el pasado domingo en la catedral de Cuernavaca, “sigue un discurso de odio en contra de las personas de la comunidad de la diversidad y genera reacciones en contra de las compañeras feministas que demandan el derecho a decidir sobre el aborto”.

Para calificar como discurso de odio, explicaron, existen varias características y lo dicho por Castro y Castro “cumple todas esas características y la autoridad no lo debe permitir”.

“No cualquier acción violenta se puede considerar, como tal, pero en este caso sí, porque el obispo es un líder moral de un grupo, en este caso de la comunidad católica, tiene un foco público, pues hay medios de comunicación que retoman sus declaraciones y su impacto es mayor, e impacta en los derechos humanos de las personas LGBTTTI y a las feministas”.

Lamentaron que, “en este momento de pandemia, cuando la sociedad debería estar unida para salir adelante, algunos líderes religiosos, usen su púlpito para diseminar el odio, incitar a la violencia, e incluso pueden incurrir en crímenes de violencia, en sus feligreses en contra de otras personas. El obispo lo sabe y es cuestionable que hasta hoy no hay ninguna reacción ni del gobierno federal ni del estado”.