“La vida no trata de encontrarse a uno mismo, sino de crearse a uno mismo.”
Bernard Shaw
He tomado prestado el nombre del título de una obra muy particular que capto mi atención. En 1974 George Perec (1936-1982) un literato francés del siglo XX, escribió un ensayo nombrado “Tentativa de agotamiento de un lugar parisino”. En aquel escrito, George Perec se instaló durante tres días en la plaza Saint-Sulpice de París. La dinámica era simple, anotar todo lo que veía, desde el acontecimiento más insignificante hasta lo más relevante de la vida cotidiana, de la calle, la gente, los automóviles, el clima, sus atmosferas a través del paso del tiempo.
Su mirada humanista folklórica e impresionista me hizo vibrar, pero también me remonta a la visión interpuesta del artista Claude Monet, quien dedicó un enorme esfuerzo al plasmar en una de sus obras a la Catedral de Ruán en Francia. Monet conceptualizó la pintura a partir de un extenso análisis iconográfico del sitio. En el recogió miles de pequeños detalles, hasta el más imperceptible que podría denotar la construcción de la catedral, pero su fervor por la perfección lo llevo a un profundo análisis contextual.
Por ejemplo, tomó los elementos que componen la ciudad, su clima, sus escenarios urbanos, sus autobuses, animales, transeúntes, todo lo que tuviera vida, para finalmente plasmar una bella obra del impresionismo.
Como vimos, tanto Monet como Perec partieron de la aguda observación y así como ellos la sensibilidad del arquitecto parte de la misma observación, de la intuición humana por recordar momentos específicos que al final se plasman en una idea.
Nuestra vida como individuos está cambiando gracias al hecho improcedente de una pandemia, arrebatándonos la identidad que habíamos creado. Al final el confinamiento nos tienta al agotamiento y es en este momento en que uno debe descubrir una nueva etapa y, si de algo sirve, la esperanza se fundamenta en la observación por crear y mantener la vida en un mismo camino.
Hoy, personalmente me he centrado a analizarme a intuir por cosas que antes no prestaba atención, a conocerme a mí mismo, a observar el más mínimo detalle de la naturaleza y de las cosas físicas.
Si algo nos puede dejar la lectura de George Perec, “Tentativa de agotamiento de un lugar parisino”, en estos tiempos, es a aprender a crearse a uno mismo.