Hora y media estuvimos en el teléfono hablando de las personas que conocemos que se han enfermado de covid y de aquellos que lamentablemente han muerto. De la vida que teníamos, de la vida que estamos reinventando. De lo que hemos perdido y de lo que hemos ganado. Este texto es dedicado a los músicos. En especial a ella. Por ser una mujer maravillosa y no lo digo porque es mi amiga, lo digo porque es una mujer completa. Tan dueña de sí misma que sin temor alguno impulsa y comparte su luz para que las otras brillen. Karina sabe que hoy más que nunca nos necesitamos los unos a los otros.
Su voz no sólo lleva la tradición de nuestra cultura, el fruto de un mestizaje, también evoca a épocas pasadas y traen recuerdos que nos provocan una respuesta emocional que nos genera nostalgia, ira o felicidad, y con suerte enseñanzas a las nuevas generaciones. Todo mexicano debajo de la lengua llevamos un amor dolido que hace que en algún momento esa música sea nuestra manera de expresar nuestros sentimientos frustrados.
-“¿Sabes Mónica?, lo más difícil de la pandemia es lo mucho que extraño los conciertos en vivo. No tengo la ilusión del público. La energía, su vitalidad, sus gritos, aplausos, sus cantos. Su compañía. Ver el efecto que provocamos en ellos es la inspiración que necesitamos los músicos.”
Como todo artista se ha sabido reinventar; lo que ahora nosotros necesitamos es saber solidarizarnos con ellos en su nueva modalidad de conciertos en línea.
Mi pregunta es ¿qué hacer para que sientan el apoyo y el cariño de su público?