Éste aseguró que dentro de la sala cinematográfica sus ojos se rasaron de lágrimas ante los evidentes actos de injusticia. Estaba conmocionado, uno de los millones que saben que las cárceles tienen entre sus huéspedes a mucho inocente.
El abogado es crítico y va más allá: “Este trabajo de investigación a través del cine podría traer consigo acciones del gobierno incumplidas… como los juicios orales, símiles del sistema judicial estadounidense, pero en México han sido un fracaso, y se fijaron un plazo de ocho años; llevan casi tres, sin resultados a la vista”. Es su opinión, y le preguntamos qué tiene que ver con “Presunto culpable”. No lo afirma pero recurre a las escenas repetitivas: anaqueles donde se desborda la cantidad de expedientes en cada oficina de procuración y administración de justicia en todo rincón del país y lo que representa: cientos de miles o millones sin acceso a la justicia.
Y agrega: “Hay otra toma repetida: la sala de una sala de juicios orales vacía”. Dice el jurista que es obvio que los realizadores del buen documental no tuvieron dificultad alguna para fortalecer su trabajo. “Ah, y un punto fundamental que me parece sospechoso: la señora Margarita Zavala, esposa del presidente Calderón, estuvo en la premier del documental”. Debemos puntualizar –porque nos lo pidió— que este maestro en Derecho simpatiza con un partido de izquierda que en los últimos años ha sufrido variaciones, el de la Revolución Democrática.
En la mesa, el comerciante le replica que no, que es cierto, la película-documental desnuda el fallido sistema judicial mexicano pero muestra el desinterés del ser humano en funciones de burócrata ante la brutal realidad, y regresa con lo que es vital para él: “Cárceles repletas de inocentes, empleados méndigos, funcionarios corruptos y un pueblo desvalido”.
El maestro en Derecho tiene una opinión amplia sobre lo del sistema de juicios orales o adversariales y los califica como un modelo que para funcionar debe empezarse, pero no como lo han hecho a partir de esta administración federal que lo transmite, con poca fortuna, a las administraciones estatales. “Si nos permiten revisar uno a uno los modelos estatales donde se ha implantado, encontraremos que hay muchas fallas, tantas que llegan al escándalo”.
El sistema de juicios orales que se ha implementado en Morelos, se encuentra en proceso de maduración. No tenemos ningún dato sobre resultados, sólo lo que nos enteran los medios. Para el abogado, el documental “Presunto culpable” lleva una tarea implícita de abrir terreno para los juicios orales; incluso considera: “A partir de un caso real, lamentable por cierto, se han venido una serie de controversias: ya un juez les niega su exhibición, ya una gran cadena apela a través de amparos, ya se rebelan, ya los medios sin excepción nos han llevado a verla o en muchos casos a adquirir copias piratas que por cierto abundan, y el tema es nacional, y me atrevo a creer que internacional, ya haga premios. Pero para mí tiene un fondo que podrá ubicar a instancias oficiales como principales interesados que una estrategia, un programa federal del gobierno funcione antes que se vayan”.
Le preguntamos: “¿Crees que de ser así se logre?”.
--“No, no les dio tiempo pero con este fenómeno llamado Presunto culpable quizá la derrota sea menor”.
Mientras, el comerciante no dejaba de mover la mano y girarla, repitiendo “éste está loco; piensa como licenciado, de los que se la pasan en juzgados”. El abogado se declara, por enésima ocasión entre café y café, en contra de los juicios orales porque “es un modelo americano que parece perfecto en las películas, pero nuestro país no tiene un programa de justicia con capacidad para atenderlo profesionalmente y habrá, grábenselo bien, igual Presuntos Culpables en la cárcel que verdaderos Culpables en la calle”. Se requiere, dice, una cultura de justicia que debe iniciarse pero no apresurando los resultados sino aplicando la ley como debe ser.
Quién sabe, pero los dos salían de ver el documental y cada uno traía su opinión. Ésta es parte de lo que cada quien piensa. Y lo compartimos con ustedes, amables lectores.