El último trágico evento, el que lesiona a la familia del periodista Javier Sicilia y a otras familias, fue una acción brutal que obliga al alto total, a la reflexión aguda y a la petición enérgica de mayores garantías en la seguridad de los que vivimos en Morelos.
Sí, existe impotencia, rabia, miedo, depresión, brota la autocensura entre los comunicadores porque los de enfrente son “sombras” que no sabemos si están a un lado, enfrente, vienen atrás o aparecerán en el camino. Un amigo nos decía en el dolor más reciente, el indescriptible, el que es tragado con todos los ingredientes que anotamos al principio de este párrafo, que “el librito dice que los hijos debemos enterrar a nuestros padres y no al revés”. Qué más se quisiera. Así debiera ser. Sin embargo, la escalada violenta en terrenos donde interviene la delincuencia organizada es totalmente impune, se va directo a “la reserva” o al “archivo muerto” porque no hay forma de esclarecer más de 30 mil homicidios reconocidos por el gobierno federal. ¿Qué se va hacer? Es la palabra de exigencia. Cómo explicarle a las familias de inocentes que seguro hay muchísimos en esta gran matanza, que el gobierno no va hacer nada, porque no puede, simplemente, porque no ha podido y, todo indica, no va a poder.
Las declaraciones con presunta energía del presidente Calderón, generan indignación porque no se observa siquiera la cercanía de un cambio en el estado de las cosas. Morelos está en la clasificación nacional de crímenes generados por la delincuencia organizada. Ni cómo desmentirlos. Se ha recrudecido a partir de muertes de grandes capos en este territorio, parece tierra sin dueño o como dirían en el argot de los que andan matando, de “las sombras” que nadie conoce, nadie quiere conocer y ojala respeten a los que no tienen que ver con sus actividades, Morelos es una plaza “sin dueño” y la batalla seguirá.
Alguna vez lo hemos anotado en este espacio, hoy lo subrayamos: que los que se pelean el negocio de lo que sea, lo hagan respetando a los demás. Los morelenses merecemos que nuestras calles nos pertenezcan junto con los jóvenes y nuestros niños. No queremos que se cumpla el adagio de un viejo amigo, morelense paisano, de los que nunca se van a ir del terruño aunque puedan hacerlo, el poder contarse entre los que puedan “vivir para contarla”. Se escucha drástico pero es, simple, fría y gachamente real.
La familia de las víctimas del fin de semana está en estado de conmoción. Sufren. Al colega Javier Sicilia, respetadísimo y morelense por su propia decisión, no hay palabras que quiten o mitiguen el tremendo dolor de padre en duelo por lo que más se ama, pero un grupo de sus amigos le hace llegar su sentimiento que en este espacio, como debe ser si se trata de rescatarnos entre sí, lo comparte con su público:
Un mensaje de solidaridad para Javier Sicilia
Lunes 28 de marzo de 2011
Querido Javier, tu noble y generoso corazón de poeta, y el de los tuyos, han sido heridos a tajo abierto.
Venimos dolidos, consternados, indignados ante la muerte el día de hoy, de tu hijo Juan Francisco.
Vemos la sangre a borbotones por toda la geografía nacional, ¿Hasta cuándo terminará este río de dolor y luto?
Querido Javier nuestras oraciones, nuestro llanto, nuestro dolor, nuestros brazos te acompañan, te abrazan, te intentan consolar con nuestro cariño, nuestro amor.
¿Qué hacer Javier?
¿Por qué Dios te ha obligado a beber este cáliz, el más amargo de cuantos puede haber?
A vivir el momento más doloroso que todo padre o madre evadimos pensar siquiera.
¿Qué quiere Dios de ti hoy y aquí? En este México dolido, corroído hasta la medula por la corrupción y el crimen institucionalizado desde la presidencia de la república.
Tienes la fortaleza inmensa de la fe. Tienes el ancla de Jesús con quien hoy compartes plenamente el huerto de Getsemani. Tienes la brújula clara y el resplandor del buen Gandhi. Tu corazón y el de los tuyos, y todos nosotros, tenemos que resistir y buscar la luz y buscar la salida…
Ni tú, ni los casi cuarenta mil padres sin hijos, madres sin hijas, huérfanos de padre y madre, viudas y viudos que hoy pueblan toda la geografía ensangrentada se merecen, nos merecemos este calvario fraticida…
Te dejamos con un fragmento de Miguel Hernández:
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
Exigimos justicia para Juan Francisco. No descansaremos hasta que se haga justicia.
Inés Montaño, Vera Sisniega, Adriana Múgica, Alicia Dorantes, Marcela Magdaleno, Hortencia Figueroa Peralta, Pilar Contla, Adriana Hernández, Ignacio Suárez Huape, Flora Guerrero, Pietro Ameglio, Javier Téllez, Alejandro Vázquez.