La Diócesis de Cuernavaca demandó al gobierno del estado y a los municipios garantizar la seguridad de los ciudadanos y el resguardo de los edificios públicos ante posibles actos vandálicos el próximo 8 de marzo, cuando organizaciones civiles marcharán en el marco del Día Internacional de la Mujer.
El vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, reconoció que la protesta es un derecho que no se le puede negar a ningún ciudadano, y más si se trata de los derechos de las mujeres. Sin embargo, no descartó la infiltración de grupos radicales para dañar edificios públicos y privados, incluso las iglesias.
Aseveró que es responsabilidad del gobierno del estado y del municipio garantizar la seguridad de los asistentes a la marcha, así como de las personas que estén fuera de la protesta.
“A las autoridades les corresponde realizar este tipo de guardias y defensa de las personas, calles, inmuebles e iglesias, porque algunas manifestaciones se han vuelto más en contra de las otras personas”, señaló.
Refirió que la Comisión Estatal de Seguridad (CES) es la obligada a aplicar un protocolo de atención y seguimiento de las movilizaciones programadas para el 8 de marzo.
“El llamado (es) para que nuestras autoridades no sólo resguarden edificios, sino a las personas. La manifestación debe ser de respeto”, agregó.