Uno de los motores de una economía es el ahorro. Para los economistas, el ahorro se entiende como un consumo pospuesto. Es decir, las personas que ahorran sacrifican una parte de su consumo actual para consumir en el futuro. Ahorramos pensando en juntar suficiente dinero para hacer un gasto mayor o afrontar una eventualidad futura.
Si yo llevo mi dinero al banco, y lo deposito en un instrumento de inversión, como un pagaré, un depósito a plazo fijo o un fondo de inversión, puedo ganar lo equivalente a 10.5% y 11.5% anual. El valor de esa tasa, que actualmente ofrecen los bancos, es influido por la tasa de los CETES que establece el Banco de México, que es la tasa de referencia con la que los bancos deben competir para atraer el ahorro de la ciudadanía.
En principio, es una tasa atractiva pues hace cuatro años esa misma tasa era de 4% o 5%. Pero para saber cuanto gana realmente mi dinero debo analizar la tasa de inflación, pues ésta reduce el valor de mi dinero. Dado que la tasa anual de inflación es de 7.91%, según el Banco de México, la capacidad de compra de mi dinero disminuirá en la misma magnitud si lo dejo un año en el banco.
Por otra parte, la tasa de CETES a 28 días es de 11.05% anual. Esto significa que, si yo coloco mi dinero en un instrumento de inversión contratado en esa tasa, mi dinero valdrá 11.05% más de lo que vale ahora, al final del año. Por puras matemáticas, el incremento real de mi dinero será de 3.14%, suponiendo que ambas tasas se mantuvieran fijas en el año.
Debido al anterior, siempre es importante considerar el rendimiento real que nos genera el invertir nuestro dinero en el banco, antes de tomar una decisión. Está por demás decir que, si yo mantengo mi dinero solamente en una cuenta de ahorro o nómina, la tasa de interés es mínima o inexistente, y mi dinero perderá valor conforme transcurra el tiempo.