“Lo que más me da coraje es que como hijo vengas con tu mamá y me digas ‘uno completo y otro con descuento’, es cuando digo: ‘¡qué bárbaro!’ y pienso, ‘¿en serio no le puedes pagar el pasaje a tu mamá?’. Eso es lo que molesta, pero ya ni enojarse es bueno, porque de cualquier manera ya están arriba y ni modo que los baje”, expresó Julián.
El trabajador del volante afirmó que por respetar los descuentos a las personas con credencial del Inapam a veces deja de recibir hasta 250 pesos, pues se ha percatado de que durante todo el día suben hasta 40 personas de la tercera edad.
Además, aseguró que diariamente se encuentra con pasajeros que le dicen “ahorita te pago” y utilizan los últimos asientos para pasar desapercibidos.
Aunque esa situación afecta sus ingresos económicos, señaló que no puede descuidar el volante por estar al pendiente de los usuarios.
“Como chofer no puedo estar al pendiente de todos porque uno tiene que estar concentrado en el volante para evitar tener algún accidente. Debemos tener la vista al frente porque hay personas que se atraviesan en cualquier momento y también hay que ver a los carros que llevamos en los lados”.
Julián dijo que aunque está a gusto en esta actividad, ser chofer es cansado y estresante porque trabajan jornadas de más de 15 horas y en ocasiones con mucho esfuerzo apenas reúnen el dinero para entregar la cuenta y el combustible.
Por ejemplo, refirió que durante el receso escolar en ocasiones realiza recorridos únicamente con tres o cuatro pasajeros.