Arquitecto – ta
'Persona capacitada para ejercer la arquitectura'. El femenino es arquitecta (→ género2, 3.a): «Era una arquitecta de unos cuarenta años» (Fogwill Cantos [Arg. 1998]). No debe emplearse el masculino para referirse a una mujer. (RAE)
Las mujeres habitan y los hombres construyen, las mujeres son privadas y los hombres son públicos; la naturaleza es femenina y la cultura masculina; los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus… puedo seguir señalando lo diferentes que somos delante de diferentes situaciones y seguir encasillando a las mujeres y a los hombres en estereotipos y tópicos; sin embargo, yo pondría un signo de interrogación delante y al término de cada frase.
La obsesión masculina “por reproducirse a sí mismo” es el comienzo de cómo se ha ido borrando sistemáticamente a la mujer y a sus contribuciones en la arquitectura; ya que históricamente dentro de nuestro sistema social se ha excluido, controlado y contenido a las mujeres.
Las mujeres son el fantasma de la arquitectura moderna, presentes en todas partes, cruciales, pero estratégicamente invisibles; palabras de Beatriz Colomina, quien reafirma la realidad constante en la que se desarrolla la arquitectura.
Nociones patriarcales de autonomía, autoría e intencionalidad traicionaron la obra de la arquitecta irlandesa Eileen Gray; marcas dejadas en las paredes, como si se tratase de hombres primitivos.
…La violación a la casa y a la identidad de Gray, por parte de Le Corbusier, con murales de mujeres desnudas. Le Corbusier al pintar sus murales en las paredes de Gray, la había violado.
Un colega arquitecto, un hombre al que ella admiraba, había desfigurado su diseño sin su consentimiento.
El ejemplo es claro y únicamente son pequeñas traducciones de fragmentos escritos en el ensayo “Battle Lines: E.I027” de Beatriz Colomina.
La calidad de la arquitectura pura y funcional con la que había descrito Le Corbusier a la casa de Gray, había sido destruida y borrada por él mismo. Sin importar realmente lo que pasó, el género ya había escrito la historia; ya había decidido quién iba a ser recordado y quién iba a ser olvidado. Sin importar el contexto turbio de la historia, la desaparición de Eileen Gray como arquitecta era inminente. El nombre de Gray no figura, ni siquiera como nota a pie de página.
Otro ejemplo, que tal vez la mayoría conocemos: Denise Scott Brown.
Al premio Pritzker le tomó 25 años galardonar a una mujer, Zaha Hadid.
En 1991 se omitió a Denise Scott Brown del premio, reconociendo únicamente a su esposo.
“No me deben un Pritzker, sino una ceremonia Pritzker de inclusión. Saludemos la noción de creatividad conjunta.” (Denise Scott Brown).
¿Qué es necesario para que cuestiones tan simples como un género no determine tu valor como arquitecto? Realmente tampoco tengo la respuesta, pero el género es una construcción social; por lo tanto, su deconstrucción es posible.
“La división del trabajo entre hombres y mujeres fue el origen de la distinta concepción y división de los espacios” (Mónica Cevedio).
La arquitectura es fundamental para la construcción de roles de género y la organización del espacio entre hombres y mujeres ¿Pero, por qué pensar en hombres y mujeres? Hay diferentes configuraciones de familias y a partir de esto hay un sinfín de posibilidades para ver la arquitectura. Esto para mí abre la posibilidad de una nueva apertura y experimentación para las diferentes necesidades que no solo giran en torno a si es masculino o femenino; sin embargo, esto ya es otro tema.
Quiero romper con la idea antes dada, no desde la investigación y la obviedad de que realmente esto pasa; quiero romper con la idea, porque no solo es hablar de la mujer como opacada.
A pesar del contexto de mi ensayo, quiero aclarar que dentro del libro: “Sex of architecture”, el cual inspiró este texto, hay un sinfín de ideas que no son específicamente acontecimientos históricos de la exclusión de una mujer en la arquitectura.
A lo largo de la historia, las mujeres también han sido pieza fundamental en la construcción y desarrollo de ideas, teorías y diseño arquitectónico. Las mujeres arquitectas han dejado una huella sin pensar en afrontar los proyectos como mujeres, sino simplemente como profesionales.
El reconocimiento ha sido tardío y complicado, pero “La grandeza no existe por sí misma, sino que es la agregación de pequeñas cosas. Para comprender realmente la grandeza es necesario observar con afecto las más pequeñas”; frase sacada del ensayo de Jennifer Bloomer: “The matter of matter: a loging for gravity”
Comparto la visión feminista, pero también a partir de la enseñanza y la práctica de la arquitectura.
Espero que en algún punto sólo se hable de arquitectura: Crear barreras entre géneros sólo divide. Hay que recordar que después de todo, somos solo personas capacitadas para ejercer la arquitectura.