Enrique Gonssen López, representante de dicha asociación civil, llegó hasta el lugar donde se realizaba dicha protesta y entabló diálogo con los líderes del movimiento así como con autoridades del gobierno estatal con el fin de que se buscaran otras alternativas de solución a sus inquietudes y evitar de esta manera que se matara a un toro, como lo habían amenazado los productores y tablajeros, en caso de que no les dieran respuesta.

Los manifestantes incluso lanzaron gritos y reclamos a dos de las integrantes de dicha organización quienes trataron en un momento de interponerse para que no fuera matado en el zócalo el toro, luego de que en ese mismo sitio fue sacrificado un porcino. Los jóvenes de la agrupación mostraron su convicción al sostener su postura pese a los insultos y ante el riesgo de una lesión del toro que por más de una hora estuvo atado a los pilares de los arcos del Palacio de Gobierno.

Enrique Gonssen expuso en entrevista que este acto podría constituir un delito conforme a las leyes en materia ecológica en particular sobre fauna; criticó el acto al sostener que estas protestas transgreden todo derecho social y de los animales y alteran el orden. Llamó a las autoridades de los tres niveles de gobierno a no ceder ante este tipo de manifestaciones.

Acusó que con toda crueldad fue sacrificado un cerdo y se amenazaba con matar también a la res, con la misma insensibilidad. Calificó como lamentable esta forma de manifestarse, más aún, sentenció que estas personas saben que se clausuró el rastro porque se violentaba la ley por utilizar clembuterol. Expuso que ellos se justifican diciendo que no era cierto y que requieren trabajo, pero reiteró que ésta no es la manera de encontrar una solución a conflictos que tienen además tintes de carácter jurídico, político y hasta de salud.

Destacó que es importante que se continúe el trabajo en torno al cumplimiento de las normas nacionales e internacionales sobre la manera de sacrificar a los animales para consumo humano.