Jaime Segura Pastrana, empresario del ramo, detalló que parte de esta industria que se ha logrado cultivar en Morelos y que de su parte, asentada en la zona sur del estado, ha creado importantes fuentes de empleo y al mismo tiempo la reactivación de la economía y han tenido una producción tan buena que ya no han necesitado traer cacahuate desde el extranjero.
No obstante que reconoció las bondades de la tierra morelense, señaló que “hay mucha tierra ociosa y cultivable, pero no hay los apoyos necesarios para poder explotarla”, ya que se requiere mayor tecnificación, como los productores de maíz también lo han señalado. Y en este sentido, recordó que para el caso del cacahuate sólo se puede sembrar en temporal, que es de mayo a junio, al explicar que son 120 días de siembra, se surca en 70 centímetros de ancho y con la lluvia va germinando, crece en octubre y en noviembre se cultiva.
Segura Pastrana también señaló que por cada mata de tubérculo salen 55 a 60 cacahuates y que una hectárea equivale a mil 300 kilogramos. “Cada kilo se paga en 15 pesos, por lo que el productor puede ganar por dos toneladas de cacahuate 33 mil pesos”, sin embargo, con el apoyo de Sagarpa, INIFAP y FIRA, se ha logrado obtener un paquete tecnológico que ayuda a que cada hectárea rinda mayor número de toneladas, por lo que desde el 2010, “nos hemos abocado en motivar la siembra con cerca de 20 personas que cultivan 24 hectáreas bajo este paquete económico; si antes se cosechaban mil 300 kilogramos por hectárea, ahora con el paquete se logran dos y media toneladas”.
Consideró que en México, el gobierno tiene que apostarle todavía más al campo con apoyos al sector agropecuario, a fin de que se pueda tecnificar más y con ello lograr mayores rendimientos.
Asimismo manifestó que con el INIFAP se están cultivando parcelas demostrativas de amaranto, que es otro producto que se está trabajando muy fuerte en el estado y que se da de manera muy generosa.