El citado instituto realiza investigaciones en torno a estas enfermedades y con el fin de conocer los niveles de hormona estimulante de la tiroides entre los mexicanos, se realizó un estudio en el que se midieron concentraciones séricas, (en la sangre) en una muestra representativa nacional de 807 niños de 2 a 12 años, en 231 adolescentes de 13 a 19 años y en 781 adultos mayores de 20 años que participaron en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2006.
El Instituto dio a conocer que “este es uno de los primeros estudios que documenta la prevalencia de población mexicana en riesgo de padecer alteraciones tiroideas.
Los resultados mostraron que el hipotiroidismo subclínico (es decir, la presencia de más de 4.5 y menos de 10 microunidades de TSH por mililitro de sangre, y la deficiencia de hormonas tiroideas libres o biológicamente activas) constituye un problema de salud poco detectado en México que necesita ser atendido, para lo cual se requiere de mayor investigación.
La doctora Luz María Sánchez, investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del INSP, señaló que la Ensanut 2006 “mostró las prevalencias de población en riesgo de padecer hipotiroidismo subclínico que existen en los distintos grupos de edad: 8.6% en preescolares, 10.3% en escolares, 7.7% en adolescentes y 8% en adultos. En el caso de este último grupo, también presentó importantes prevalencias de hipertiroidismo: de 4.6%.
En el caso de los adolescentes y los adultos, las personas con sobrepeso y/u obesidad presentaron niveles elevados de TSH (más de 4.5 de TSH por mililitro de sangre), a diferencia de lo que ocurre con los preescolares y escolares, donde los mayores niveles se presentan en niños con peso normal.
Por su parte, la doctora Sara Arellano, jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital General de México, explicó que “las hormonas tiroideas son las denominadas T3 (triyodotironina o triyodotiroxina) y T4 (tiroxina o tetrayodotirosina), que entre otras funciones, contribuyen al desarrollo, crecimiento y flujo sanguíneo del sistema nervioso central; al metabolismo de enzimas y colesterol del tubo digestivo; al tono, crecimiento y desarrollo de los músculos; a la maduración ósea del esqueleto; a la producción hormonal y maduración de las gónadas; a la temperatura y textura de la piel; al crecimiento del pelo; al flujo sanguíneo del riñón y al metabolismo energético.”
En cuanto a los trastornos tiroideos, definió al hipertiroidismo como “la hiperproducción de hormonas tiroideas por la glándula tiroides, ocasionada generalmente por la denominada enfermedad de Graves, enfermedad autoinmune; y, al hipotiroidismo, como la expresión clínica de cualquier grado de deficiencia de hormonas tiroideas.
Síntomas
Entre los síntomas del primero mencionó, entre muchos otros, los siguiente: nerviosismo, fatiga, pérdida de peso, debilidad, intolerancia al calor, angustia, insomnio, palpitaciones, diarrea, caída del cabello, alteraciones menstruales, piel húmeda, taquicardia, bocio, inflamación de la glándula lagrimal, visión borrosa, parálisis ocular, dolor ocular, alteración de la visión de colores y disminución de la agudeza visual.
En el cuadro clínico del segundo, es decir el hipotiroidismo, incluyó la fatiga, la ganancia de peso por retención de líquidos e infiltración de tejidos, piel seca, pérdida de cabello, uñas quebradizas, palidez, pérdida de la sudoración, hipotermia, intolerancia al frío, insuficiencia cardiaca, constipación, trastornos menstruales, entre otros.
De acuerdo a lo que señala el informe sobre dicho estudio, “para diagnosticar la enfermedad tiroidea, explicó la especialista, basta con practicarse un examen de perfil tiroideo, que incluya hormonas T4 libre y TSH. Sugirió evaluar principalmente a mujeres mayores de 50 años, a adultos mayores y a personas que padezcan diabetes mellitus, alguna cardiopatía o los síntomas sugestivos ya señalados.
Respecto a los niños, el doctor Simón Barquera, director del Área de Investigación en Políticas y Programas del Nutrición del CINyS del INSP, dijo que, de acuerdo con los resultados obtenidos por medio de la ENSANUT 2006, aproximadamente 2.5 millones de ellos padecen hipotiroidismo subclínico, con niveles promedio de TSH de 2.5 microunidades por mililitro de sangre, contra solo 0.13% que padecen hipertiroidismo. En cuanto a los adolescentes, mencionó que el promedio de niveles de THS fue de 2.2 microunidades por mililitro, aunque el 4.1 de mujeres presentó niveles de menos de 0.45 microunidades”.
Los expertos coincidieron en señalar que se requiere de mayor investigación en torno a estos padecimientos y un registro, así como mayor seguimiento de los pacientes, aunque el tratamiento farmacológico es un tema que en el sector salud, aún es motivo de controversias entre los expertos en etapas subclínicas de la enfermedad.