Los inconformes son vecinos de las calles San Andrés de la Cal y Petróleos, quienes denunciaron que no hay un tratamiento adecuado de los desechos generados por la matanza de animales, lo que motiva que la sangre putrefacta desprenda malos olores, que pueden representar un riesgo para los vecinos de casas aledañas al rastro. Explicaron que ha sido una constante que ninguna administración a podido resolver.
Al respecto la regidora de Ecología, Dulce María Arias Ataide, dio a conocer que tienen identificada la problemática y señaló que han tenido reuniones en la Comisión de Asuntos Metropolitanos que está integrada por representantes de varios municipios y acordaron la construcción de un rastro Tipo Inspección Federal (TIF), el cual tendrá las características de tener instalaciones de sacrificio, proceso e industrialización sanitaria de la carne de ganado bovino o porcino, certificado por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Órgano Administrativo Desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), que cumpla con las más estrictas normas internacionales de higiene.
Aunque inicialmente se pensaba instalar un rastro TIF en alguno de los municipios de la zona sur poniente de Morelos, de acuerdo a lo explicado por la regidora hay avances para que se construya en Cuernavaca en las instalaciones que actualmente ocupa el rastro. Con ello erradicarían la insalubridad y el riesgo para los vecinos.