Así lo dio a conocer la encargada de despacho de la jefatura de evidencia y manejo de riesgos de la Coprisem, Brenda Liliana Flores, quien señaló que en este momento se lleva a cabo la actualización del padrón de albercas que existen en toda la entidad y que tienen un uso público tanto en parques acuáticos, como hoteles, moteles y especialmente en botaneras, donde el riesgo es mayor y anteriormente no existía vigilancia. También las labores de verificación se desarrollan en escuelas de enseñanza de natación.
El organismo, cada mes, realiza vigilancia sanitaria para verificar instalaciones, operatividad, mantenimiento, el monitoreo en el agua de la alberca y muestreo. En promedio se toman 26 muestras al mes y se efectúan 13 visitas de inspección a diversos establecimientos. El objetivo es llegar a todos porque hay lugares que tienen 20 albercas, o botaneras que tienen uno o dos chapoteaderos.
En términos generales, la representante de la comisión indicó que se han encontrado algunas anomalías, entre ellas que no esté clorada adecuadamente el agua, ya sea con un indicador elevado o bajo. Apuntó que ambos son malos, pero repercute más cuando hay deficiencia. El nivel indicado es de uno a cinco miligramos de cloro por litro de agua, y se considera que hay riesgo cuando esa cantidad es inferior a un miligramo, porque podrían reproducirse más microorganismos. Además, en esos lugares se revisa si está completa la dotación higiénica en sanitarios y su infraestructura, si son suficientes, si cuentan con papel, jabón, papel desechable para secado.
Otro de los rubros a revisar es que los propios negocios -además de las visitas sanitarias- deben llevar a cabo, por sí mismos, de forma constante los análisis microbiológicos.
En el exterior de las albercas deben existir avisos de prohibición de mascotas, en lugar visible el reglamento para seguridad y protección de las personas; y sobre las prendas que está permitido usar.
La encargada de despacho informó que en una primera etapa, el año pasado se les hizo un llamado de exhortos a cumplir con la norma, pero este año iniciarán a través del área jurídica procedimientos legales, los cuales van desde exhortos, multas y podrían ir hasta la clausura.
Por otro lado, Brenda Flores hizo notar la colaboración que debe haber por parte de los usuarios, ya que “es importante que también nosotros como visitantes vayamos lo más limpios posible, que cuando entremos a una alberca sea lo más aseados posible, no entrar con prendas que no sean apropiadas, deben entrar con traje de baño no con camisetas, playeras, no llevar mascotas, que no coman dentro de albercas. Los alimentos en el agua favorecen el que haya más cuerpos extraños y por tanto más microorganismos”, abundó.