Armando Gallegos Suárez, presidente de la Sociedad Mexicana en Ingeniería Sísmica, expuso que hoy en día existen técnicas innovadoras que reducen de manera muy significativa, los riesgos de derrumbes o colapsos de estructuras.
Entre las más recientes y que serían vitales para México, destacó los llamados aisladores sísmicos por amortiguamiento. Estos mecanismos se colocan en la construcción debajo de los edificios y cuando hay un sismo, las edificaciones se mueven, pero en mucho menor intensidad, es un sistema similar -para explicar de manera sencilla- al de los amortiguadores de un auto, que soportan y disipan la energía del movimiento de la tierra.
Una de las tecnologías que también se usan en otros países se llama “aislamiento de base”, lo que permite que el terreno se mueva, pero el edificio prácticamente se deslice como si se encontrara sobre unos patines. Refirió que esta innovación apenas está llegando a México, en algunas construcciones como en Guadalajara en unos puentes y se proyecta usar este método en un edificio de la ciudad de México.
El experto mencionó que en la capital del país se han aplicado algunas tecnologías similares, menos nuevas, pero que son útiles, como en la llamada “Torre Mayor”, pero insistió en que su utilización es incipiente. De ahí que en este simposio nacional se abordaran temas como éstos.
Para el presidente de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica, uno de los aspectos de aplicar la ciencia y la tecnología es mejorar la vida de las personas, y en este caso se reduciría la sensación “espantosa” de quienes ocupan esos edificios cuando ocurre un sismo. Obviamente, se minimiza el peligro de muertes por esta causa.
De igual manera hizo notar que en México hay muy buena investigación en el campo, pero hace falta mucho apoyo para crecer en este rubro, tomando en cuenta que el territorio nacional tiene un muy alto grado de sismicidad.
“Yo creo que es importante fomentar en quienes tienen el potencial, el dedicarse a la investigación, además se requiere de espacios mayores para la generación del conocimiento y el desarrollo tecnológico, y naturalmente, recursos económicos”, opinó, al ser cuestionado sobre las carencias en este tema.
Ejemplificó que en Chile ya se desarrollan estos sistemas para los hospitales, donde ya se tiene por norma que estas unidades cuenten con aislamiento de base para mitigar el efecto del sismo.
Desde el punto de vista de Gallegos Suárez, “es importante, necesario, introducir estas tecnologías y reglamentarlas, como ya se hace en Japón, Nueva Zelanda, Estados Unidos, que ya se tiene por ley, el uso de estos métodos”.
Hizo notar que la obligatoriedad por ley de la aplicación de las tecnologías en las construcciones tendría un efecto positivo, también desde el punto de vista económico, porque si bien es cierto que en el momento de la obra implica una inversión, a corto o largo plazo, significa la protección de bienes públicos, e incluso de la iniciativa privada. “Cuando hay un sismo, muchas veces ocurren daños irreparables, como lo que ocurrió en Chile en el año 2010, donde el aeropuerto, debido a los daños (aunque no fueron estructurales), dejó de operar durante dos meses, y significó pérdidas económicas millonarias”, añadió.
Las tecnologías más innovadoras, en “aisladores sísmicos”, pueden ser aplicadas en edificios, puentes e incluso en tramos carreteros.