En entrevista, el doctor Lourival Domingos Possani señaló que este es un paso de la generación del conocimiento y desarrollo tecnológico a la producción y comercialización, para llegar finalmente al uso práctico, lo que mejora la calidad de vida de la población.
El grupo de trabajo de investigadores del IBT, señaló el experto, ha tenido éxitos al lograr el registro de varias patentes reconocidas internacionalmente y ahora ya están pasando a la industria farmacéutica.
Refirió que la UNAM firmó convenio con los laboratorios “Silanes”, al cual se le cedió (vendió, por decirlo de alguna manera) la patente para usar los antígenos que los investigadores del IBT desarrollaron, para la producción de antivenenos.
Se trata de una innovación, explicó: “porque en lugar de usar el veneno del alacrán, usaremos productos de DNRA recombinante para la producción de los antivenenos”, abundó al exponer que en lugar de usar miles de alacranes para obtener material de las glándulas venenosas y aplicarlo en los caballos, se hará por fermentación en un reactor.
“Tenemos las bacterias que producen los equivalentes de las toxinas y este producto se va a inyectar al caballo, se va a romper la cadena de tener que ir al campo a buscar los alacranes para preparar el veneno. La producción por DRNA recombinante de las toxinas en términos de un producto farmacéutico, esperamos que sea equivalente al que está en el comercio actualmente”.
El DNRA recombinante, por decirlo de alguna manera, es la estructura genética modificada.
Cabe señalar que en el mundo hay cerca de un millón 200 mil personas picadas por alacranes al año. México ocupa el primer lugar, con un promedio de 310 mil picaduras o ataques anuales.
Las muertes provocadas por veneno de alacrán suman en promedio tres mil en el mundo; en México esta tasa es mucho menor, llega entre 40 a 50 muertes al año en promedio y en algunos cae a tasa cero, debido al uso del antiveneno.
De igual forma, cabe señalar que en México tenemos la mayor biodiversidad de alacranes con más de 240 especies distintas.
Nueva generación de antiveneno
En el Instituto de Biotecnología de la UNAM también existe otro proyecto en el que trabajan investigadores encabezados por el doctor Baltazar Becerril. El doctor Domingos Possani explicó que se trata de la generación de un nuevo tipo de antiveneno, el que está basado en anticuerpos humanos.
Este proyecto todavía no está en fase de experimentación clínica, pero, aseguró: “pensamos que será el antiveneno del futuro, en lugar de usar la serie del caballo para aislar de ahí los anticuerpos y hacer el antiveneno, estaremos haciendo por ingeniería genética la producción de anticuerpos que neutralizan la acción de toxinas del veneno del alacrán”.
El especialista explicó que el veneno del alacrán tiene toxinas que atacan principalmente los sistemas nervioso y muscular. Aclaró que no trabajan con organismos vivos, sino que realizan toda la investigación en el laboratorio. Primero clonan el gen humano y posteriormente realizan un banco que les permite hacer diferentes copias de los anticuerpos que requieren para las investigaciones.
Esta innovación está en desarrollo, pero ya cuentan con algunas patentes aprobadas, aunque aún faltan etapas para llegar a traspasarlo a la industria farmacéutica, va por buen camino. Además, gracias a los estudios, identificaron y aislaron los componentes del veneno que podrían tener aplicaciones clínicas como antibióticos o para control de enfermedades como psoriasis, artritis reumática, diabetes tipo II y otras patologías de origen inmunológico.