Eduardo del Castillo Valadez, director nacional de la organización no gubernamental Códice (con representación en once estados de la república) cuestionó que haya grupos que impulsan la reglamentación, así como la importación y venta de los referidos cigarros electrónicos, al señalar que podría haber detrás intereses de la industria tabacalera.
"Sabemos que en la SCJN está en curso la discusión sobre la autorización de la importación y venta en México, bajo el argumento de que supuestamente hace menos daño que el cigarro convencional. Sin embargo, nosotros decimos que conforme a los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud, es una equivocación regular esos productos", expresó al referir que se busca que los ministros tomen en cuenta las diferentes voces sobre el tema.
Argumentó que no hay forma de regular la venta de esos instrumentos porque hay una gran variedad, y por lo tanto no existe una investigación válida sobre todos los cigarros electrónicos: "sabemos que hay múltiples tipos, digamos que hay al menos 30, y nadie garantiza el contenido de los líquidos que se usan, algunos tienen nicotina, otros no; algunos pueden contener químicos aún más dañinos. Por lo tanto sería como aprobar algo que se desconoce y eso sería gravísimo".
Por otro lado, destacó que en los estudios que han elaborado instituciones como el Instituto Nacional de Salud Pública, se ha demostrado que en algunos casos en la incipiente investigación que hay, el cigarro electrónico se convierte en la puerta de entrada para jóvenes al cigarro convencional y como ya sabemos, el tabaco es la puerta de acceso a otras drogas. "Por lo tanto, si nosotros decimos que no está prohibido el cigarro, es porque el convencional tiene cien años y era normal que la gente fumara en cualquier lugar. Hasta que se demostró el daño que provoca, empieza el control. El reglamentar sería como decir que se va a permitir un producto que envenena menos que otro".
Además destacó la importancia de informar a los usuarios sobre los efectos de cualquier producto o sustancia que se apruebe. Creemos que es muy precipitado que la SCJN aprobara el cigarro electrónico... A nivel internacional no hay resultados cien por ciento concluyentes sobre los efectos".
Insistió en que es necesario fomentar campañas en contra del consumo de sustancias y en pro del derecho a la salud, "porque nos parece que están haciendo una proyección y antes de siquiera pensar en aprobar la venta de los cigarros, se tendría que pensar e informar de los daños potenciales, porque nadie sabe si los químicos son seguros. Porque aún si fuera menos dañino que el tabaco, habría que pensar en que el tabaco enferma y mata a más de 66 mil personas al año en este país, entonces ¿se estaría abriendo la puerta a matar y enfermar a cuántas personas? ¿por qué meter o legalizar otro producto que va a matar a otras tantas sin que ellas lo vean? Nos parece que hay precipitación y vemos detrás la mano de la industria tabacalera, por sus negocios a costo de la salud y la vida de miles de personas. A eso hay que agregar que se autorizaría a costo del bolsillo de todos, porque el costo en salud pública del tratamiento de personas que consumen cualquier sustancia, es millonario. Nos parece que deberían fomentar la conciencia del goce de la vida y el derecho a la salud sin adicciones.
Es decir, que la gente puede vivir plenamente y de manera responsable con otros placeres como el sexo, la sana alimentación, la actividad física, respirar con pulmones sanos, tener un corazón sano. Aquí el ganón será la industria que vende esos vaporizadores. El mayor perdedor será el joven que piensa que con esos cigarros, supuestamente se empodera. ¿Pero cuál cool, si con el tabaco y la nicotina se hace dependiente de algo, se cae el pelo, la piel se demacra, los dientes amarillos? ¿cuál imagen positiva? Eso no lo dicen ninguno de los grandes industriales y vendedores de todos esos productos".