De entrada, señalaron que Balajú surgió en el año 2003 y nació de otra formación musical, donde Luis Ramírez y Antonio Pérez fueron dos de los ocho integrantes que conformaban el grupo en aquel entonces.
Actualmente, Balajú está compuesto por seis integrantes de Playa Vicente y Tlacotalpan, Veracruz, así como del Distrito Federal: Efrén Cruz (guitarra de son y voz), Antonio Pérez (jarana y voz), Luis Ramírez “Chito” (arpa y voz), Miroslava Cruz Terán (bailadora), Cinthia Alonso (bailarina) y Carlos Paz (bajo, leona y voz).
En relación con el nombre de la agrupación, refirieron que “muchos dicen que el significado que tiene la palabra Balajú es el barco que lleva a las personas a la guerra y también hay un pez con ese nombre. Dentro del repertorio del son jarocho hay un tema que se llama ‘Balajú’ y habla precisamente de la mar y de la guerra; un verso dice: ‘Balajú siendo guerrero embarcó para guerrear’”.
En cuanto al género, dijeron: “Se dice que el son jarocho une varias culturas como la árabe, africana, española e indígena. Un son jarocho improvisado puede durar hasta dos horas sin repetir frases”.
Asimismo, mencionaron que una de las características de los versos de este género musical es la picardía y el doble sentido en el que se interpreta la melodía, ya que es su estilo de vida. “Hay ciertas reglas que son como esos secretos a voces, donde si encontramos a un músico que toca son jarocho, pero que jamás habíamos visto, podemos tocar con él, ya que hablamos el mismo lenguaje musical. Es una de las magias que tiene el son jarocho.”
Mencionaron que cada son tiene su temática, ya sea poética, de amor o desamor. En el son jarocho hay sones de pareja, bravos y de imitación como la iguana, la guacamaya y la tusa.
“El son jarocho es como la magia; si en algún lugar de repente vemos que la energía es triste, cantamos versos tristes, o si se ve un público de mujeres se les canta para enamorarlas”, añadieron.
Lo que Balajú busca con su público es difundir la tradición de la música veracruzana, que la gente retome de igual manera el baile, ya que uno de los integrantes es maestro de danza folklórica egresado de Bellas Artes; las dos mujeres de la agrupación son bailarinas de ballet.
Cabe mencionar que esta confusión que existe entre las palabras bailarina y bailadora, es que las bailarinas tienen técnica de lo que están haciendo a la hora de bailar y las bailadoras son más tradicionales. En la agrupación se encuentran músicos que son maestros y líricos.
Mencionaron que el padre del director de Balajú, Luis Ramírez, fue un importante sonero tradicional de Playa Vicente y viene de familia que tiene gusto por la música, el baile y el canto.
Es descendiente de influencia oaxaqueña y veracruzana, fue cacique de haciendas y tuvo 36 hijos. “Casi todas las mujeres del pueblo eran sus esposas. Muy tradicional el asunto”, compartieron.
“Dentro de la tradición hay personas a las que se les llama repentistas, las cuales son personas que improvisan de cualquier tema con una estructura musical utilizando décimas. En nuestro caso, tocamos los ‘covers’ del repertorio del son jarocho tradicional: ‘La Bamba’, ‘Colás’, ‘El cascabel’… Aunque también en ciertos procesos se realizan composiciones en donde Carlos Paz las realiza y hace arreglos musicales a los mismos sones, ya que muchos temas son de dominio público y los versos que cantamos son los populares, pero cada agrupación le da su estilo”, refirieron.
Balajú ha realizado giras por toda la república mexicana y en estados como Michoacán, Jalisco y Tamaulipas han compartido escenario con Yomira Johnson, Compay Segundo, El Tri, Willie Colón y Eddie Santiago.
Durante su paso por Morelos, el viernes ofrecieron una entrevista en el programa La Madriguera TV y el sábado se presentaron en Cuernavaca, donde dieron a conocer temas de su primer disco.
Por otra parte, Balajú se presentará en Playa Vicente del 30 de octubre al 2 de noviembre. “Estamos trabajando en el siguiente disco de sones con arreglos musicales de nosotros”, adelantaron.
En este sentido, se dio a conocer que la agrupación está utilizando la instrumentación jarocha tradicional, como el arpa, la jarana, el requinto jarocho, quijada de burro (percusión), leona y el pandero, y los ensayos que realiza esta agrupación son en la delegación Iztapalapa del Distrito Federal, lugar donde vive “Chito”.
Las influencias musicales de Balajú son los viejos soneros, como el padre de “Chito” y Los Gutiérrez, pues buscan seguir con esa línea musical, ya que es por vía oral y hay muchas cosas que se van perdiendo, la tradición es seguirlas conservando.
Los músicos agregaron que “nos alquilamos para fiestas como bodas, bautizos, 15 años, hasta funerales. Ésta es una tradición que se acostumbra en Veracruz: tocarle al difunto música de fandango”.
Para finalizar, Balajú invitó a los lectores a que los sigan por medio de la red social Facebook, donde los pueden encontrar como Balajú Son Jarocho, para que estén al tanto de lo que están rescatando musicalmente y sus próximas presentaciones.