Cabe recordar que el año pasado esto fue un motivo de confusión para muchos paterfamilias que entendieron que si no presentaban la tarjeta “activada”, no podrían inscribir a sus hijos, además de que se generaron múltiples dudas sobre el llenado de datos de las mismas.
El funcionario informó que el sector educativo ha contribuido en esta estrategia nacional en la que participan varias instancias como el DIF estatal y la Secretaría de Salud, pues ya se han repartido más de 300 mil tarjetas, es decir, prácticamente a toda la población objetivo.
Comentó que conforme a lo planeado, en los planteles educativos se entregaron estos documentos, tanto en el nivel básico como en el medio superior, y es responsabilidad de los padres de familia conservarla, cuidarla, darle buen uso y acudir con los menores a los centros de salud a que revisen a sus hijos y con esa consulta “activarla”. Lo que significa que los menores tengan una revisión general y se tenga un control más cercano sobre el peso, talla, vacunas aplicadas y demás acciones de medicina preventiva aplicada a los menores.
Expuso que en el siguiente ciclo escolar, de acuerdo con la información que ha proporcionado hasta la fecha la Secretaría de Educación Pública federal, que es la instancia competente para establecer los requisitos oficiales para la inscripción en el curso, en este ciclo escolar que está por comenzar, el 2010-2011, la tarjeta universal de salud no será un requisito obligatorio como el año pasado.
Sin embargo, el secretario enfatizó que el sector educativo hará lo posible para que a través de los maestros y el personal directivo se recuerde a los padres de familia la importancia de dicha cartilla y se dé información más detallada, como por ejemplo, que para activar el documento deben acudir a los Servicios de Salud a consulta. Pues comentó que de esta forma serán los médicos quienes podrán dar el seguimiento preciso de la salud de los menores y demás datos, como peso y talla.