Integrantes de la Asociación Mexicana de Hidráulica -que se reúnen en Morelos para su encuentro anual- expresaron su preocupación por la contaminación e la mayoría de los ríos en el país y plantearon la propuesta de que cambien los organismos operadores de agua en manos de municipios, cuya ineficacia ha quedado al descubierto, y que esa facultad regrese al ámbito estatal o federal.
Marco Antonio Murillo Ruiz, presidente de la agrupación de especialistas, señaló que están conmemorando su 50 aniversario. En cinco décadas han realizado las obras más importantes en ese sector en México.
Ahora, el reto, apuntó, es ir más allá de la infraestructura con mega obras. El propósito de la agrupación es incidir en las políticas y toma de decisiones relacionadas con el derecho al agua.
Mencionó que aunque de manera inicial no les tomaron en cuenta, recientemente han participado en los trabajos para crear la nueva Ley Nacional de Aguas.
Expuso que hay problemas graves que deben ser atendidos. En el país hay sólo cuatro mil 300 plantas de tratamiento para sanear aguas de río y de ellas al menos el 50% no operan, porque están construidas pero no funcionan. Además, las que sí operan no lo hacen con la calidad deseada. Eso deriva en que prácticamente en todos los ríos hay contaminación y en algunos casos en niveles muy altos.
Apuntó que otro de los aspectos que debe ser considerados en la nueva legislación, es el terminar con los organismos operadores de agua que están a cargo de los municipios, porque no cuentan con capacidad financiera para responder a las necesidades. “Las cuotas que cobran no han sido manejadas con eficiencia, por lo tanto creemos que esta facultad o responsabilidad de dotar de agua potable a la población debe pasar a los estados o al gobierno federal. No hay un solo caso de éxito de organismos operadores de agua, ya que ninguno cumple al cien por ciento y con calidad”.
Sin bien es cierto que algunos se acercan al cien por ciento de cobertura, lo que es cuestionable es en términos de calidad. Consideró que no cumplen con las normas oficiales mexicanas de salud, a pesar de que de eso depende la salud de la población.
De tal manera que se hace fundamental que en la reforma quede clara la responsabilidad y a qué instancia le corresponde vigilar estrechamente la calidad del agua para consumo humano. Hoy en día la norma no se vigila por una cuestión de indefinición de competencia de las instancias oficiales.
De igual forma, el especialista opinó que en México no hace falta agua, sino que su distribución, acceso y calidad no es la adecuada. Alertó sobre el avance de la privatización del manejo y tratamiento del agua para consumo humano.